Aspace Soria visibiliza su servicio de Atención Temprana: un empujón para los más pequeños

Aspace Soria es más que una asociación. Arrancó en el año 2002 por el esfuerzo común de unos padres preocupados ante la escasez de medios y la desatención pública hacia sus hijos. Gracias a ellos, la parálisis cerebral y sus patologías afines han pasado de la más absoluta oscuridad al reconocimiento de toda la sociedad soriana.

Cubren de la forma más amplia posible las necesidades de las personas afectadas por este tipo de patologías, impartiendo los servicios y tratamientos para los problemas de movimiento, aprendizaje, habla, audición, desarrollo social y emocional. No olvidan a sus familias, liberándolas del constante cuidado y atención. Además, luchan por la integración de sus usuarios Les hacen partícipes de estructuras sociales fundamentales y les ofrecen nuevas formas de relación aumentando su círculo social.

Su labor de visibilidad ha logrado que todo esto pueda resultar una obviedad para los lectores. Lo sorprendente es que sigue existiendo un importante desconocimiento de uno de sus servicios, la atención temprana.

Atención temprana

Aspace pretende convertirse en el centro de referencia de Soria en lo que se refiere a atención temprana. Un servicio que se dirige a niños entre 0 y 6 años, con o sin discapacidad, en los que “se percibe cualquier tipo de retraso en el desarrollo”, explica Esther Pérez, trabajadora social de Aspace Soria. Se trata de “detectar lo antes posible cualquier problema para que profesionales, formados específicamente, fomenten en las áreas en las que se ha detectado el retraso para favorecer su desarrollo”, refiere Laura de Diego, gerente de la asociación.

De Diego hace hincapié en la siguiente idea: “Que un niño acuda a atención temprana no significa necesariamente que vaya a salir de aquí con un grado de discapacidad, sino que va a recibir el empujón que necesita para que despliegue todas sus capacidades”.

Un apoyo extra

Hasta ahora, en cuanto el pediatra detecta cualquier problema en un niño lo deriva al Centro Base, punto de referencia ante cualquier dificultad en el desarrollo. Allí realizan un tratamiento integral desde los 0 a los 3 años, cuando los menores pasan a depender de Educación, que debería contar con los apoyos necesarios para cubrir estas necesidades.

Lamentablemente no siempre es así. Esther Pérez afirma que “consideramos que hay muchos niños que necesitan ir un poco más allá de lo que cubren los servicios públicos”. Laura de Diego, por su parte, asegura que “podemos ayudar, incluso, a aquellos niños a los que no se deriva. Valorarles y asesorarles”.

Los pequeños necesitan ese plus, pero la orientación y el acompañamiento son definitivos para los progenitores. “Ante cualquier problema, los padres se encuentran totalmente perdidos. Nuestra función es que, en vez de estar preocupados, se ocupen de manera lógica y sensata”, refiere la gerente de Aspace Soria.

Entrar en su centro de la calle de Enrique Pascual Oliva es encontrar una mano amiga. Allí valoran al menor y establecen un plan integral de intervención. Fisioterapia, logopedia, psicopedagogía o integral sensorial ayudan a trabajar las áreas que más necesitan reforzar.

Sin limosnas

Aspace Soria crece en usuarios y servicios, pero sus instalaciones se quedaron pequeñas hace tiempo. El nuevo centro, ya en construcción, se espera para 2023. Entonces, los afectados por parálisis cerebral y patologías afines de la provincia tendrán a su disposición una residencia y un centro de día. Mejorará notablemente la atención, pero desde la asociación tienen “miedo” a que el dinero no de para todo.

Por ello, Milagros Pérez, presidenta de Aspace, reclama a las administraciones un mayor esfuerzo. “No pedimos limosna, solo que se cubran las necesidades de nuestros hijos. Para eso están los servicios públicos”, expresa.