El soriano Miguel Carazo Sainz consiguió la mejor nota de Castilla y León en la primera parte de la oposición para profesor de Secundaria en la especialidad de Inglés.
Preparar y defender una oposición no es tarea sencilla. Requiere constancia y esfuerzo durante meses y saber templar bien los nervios para no echar todo por tierra en los compases finales.
El soriano Miguel Carazo Sainz ha conseguido, con tan solo 27 años, deslumbrar en el proceso selectivo para el cuerpo de profesores de Secundaria en la especialidad de Inglés. Gracias a su experiencia conocemos los detalles del proceso y las armas que ha utilizado para afrontarlo con éxito.
El soriano puede presumir de haber conseguido la mejor calificación en la primera parte de la oposición. Nota que le ha permitido situarse entre los cinco mejores de toda la Comunidad después de la segunda parte. Ha finalizado la fase de oposición con un 9,51 y ahora espera a la presentación de méritos para conocer si tendrá una plaza o no. Sí, con una nota de ese calibre todavía no se puede asegurar que Miguel Carazo Sainz entre en la plantilla de funcionarios.
Carazo Sainz estudió la carrera de Traducción e Interpretación en Soria y, para completar su formación, realizó el Máster en Profesor de Secundaria y Bachillerato de la Universidad de Burgos. En 2018, con los dos títulos calientes bajo el brazo, decidió presentarse a la oposión porque "estaba encaminado a ello, no sorprendió a nadie", afirma el soriano.
Una primera intentona que afrontó "para probar suerte", pero que sirvió a Miguel para marcarse un objetivo a medio plazo: "Estudiar a tope para que la suerte no entrase en juego en la siguiente convocatoria".
Los siguientes tres años se sucedieron combinando trabajo con estudios. "Trabajé en una fundación en Soria y era difícil compaginarlo, pero este último año he ejercido como profesor de inglés en el Politécnico y, aunque también ha sido difícil, me ha aportado experiencia y mucha motivación", cuenta.
Un preparador de Valladolid le ayudó a conocer todos los secretos de las pruebas. Se desplazaba dos veces al mes a la capital de la comunidad para las sesiones presenciales y, ya en casa, estudió los 69 temas y organizó la Programación que después iba a tener que defender ante el tribunal.
Los sorianos que se prepararon para esta especialidad de Inglés han tenido la fortuna de que la fase de oposición se celebrase en Soria. Jugaban en casa y conocer el escenario aporta un plus de tranquilidad que nunca viene mal.
La oposición consta de dos partes que, a su vez, se subdividen en dos exámenes. La primera de las partes se desarrolló el pasado 19 de junio. Bien temprano se extrajeron las cinco bolas correspondientes a 5 de los 69 temas. Por la tarde llegó el momento para la parte práctica, quizás la más complicada porque "tienes dos horas y media para analizar dos textos y se incluyen cinco preguntas más una redacción", explica Carazo Sainz, que añade que "lo difícil es organizarte para conseguir terminarlo".
Nuestro protagonista lo consiguió. Con una puntuación en las dos pruebas de 10 y 9,9 podía presumir de tener la mejor calificación de la comunidad y afrontar con un poco de holgura la segunda parte de la oposición.
"Nos iban convocando por días y comencé el primero, el 9 de julio, exponiendo mi exámen y defendiendo la programación didáctica que había preparado", explica Miguel. El resultado fue "mejor de lo que esperaba", un 9,06, pero "hubo notas muy altas y la mayoría de los opositores consiguieron subir sus medias". Con un 9,51 de media en el proceso de oposición, Miguel Carazo Sainz la ha concluido siendo el 5º mejor aspirante (de 900 presentados) de Castilla y León.
No desvelaremos nada nuevo al señalar que para presentarse a una oposición es necesario hincar codos durante horas y ser constante en la motivación personal de cada uno. La especialidad de inglés puede que no sea la más complicada, pero sí es a la que más gente se presenta, por lo que la competencia acaba siendo alta. 170 plazas en juego y, aunque Miguel Carazo Sainz considera "si te preparas, es factible aprobarlas", también apunta que, para los exámenes, donde uno tiene que dar la talla, es decisivo "controlar los nervios".
Él afirma que no ha necesitado ninguna ayuda extra para conseguirlo. Ni tilas ni valerianas. Pero trabajar la fuerza mental ha resultado determinante. "Todas las medidas de seguridad contra el coronavirus hicieron que la espera antes de comenzar los exámenes resultara eterna. Durante las dos horas antes de empezar a escribir se te pasa de todo por la cabeza y es importante apartar los malos pensamientos", refiere.
El cansancio también hace mella y, obviamente, la situación personal de cada opositor. "Yo tengo 27 años y una situación que puedo mantener, es diferente de quien se presenta con la presión de pagar una hipoteca", explica.