Las urgencias psiquiátricas en la población infantojuvenil de Soria se duplican en un año

Las cifran son preocupantes ya que desde finales del pasado año 2020 y lo que llevamos de 2021 se ha producido un sensible incremento del cincuenta por ciento en las urgencias psiquiátricas en la población infanto-juvenil de la provincia de Soria.

Los diagnósticos más comunes según los datos aportados por las sociedades científicas en relación con la salud mental infanto-juvenil son referentes a la ansiedad y el trastorno obsesivo de los que el 30% puede desarrollar un síndrome depresivo, además del aumento de los trastornos de conducta alimentaria, especialmente anorexias de tipo restrictivo.

Otros problemas pasarían por el aumento de autolesiones sin intención suicida, como forma desadaptativa de expresar el malestar, pero también ideas suicidas o autolíticas, con el consiguiente incremento del número de suicidios durante este periodo de pandemia lo que eleva el suicidio a la tercera causa de muerte en menores de 21 años y la tercera en adolescentes.

Esta preocupante situación se une a los pocos medios con los que cuenta la psiquiatría en este país y mucho menos en lo que se refiere a la población infanto-juvenil, agravada por la situación de pandemia y el colapso sanitario que se viene sufriendo desde entonces.

La doctora Patricia Blanco del Valle, psiquiatra Infanto-juvenil del Hospital Virgen del Mirón de Soria, señala que “España es el único país de Europa donde no existe formalmente la especialidad de psiquiatría infanto-juvenil y los que nos dedicamos a ello lo venimos reclamando desde hace mucho tiempo”.

En la actualidad, los ingresos de menores en las unidades de psiquiatría se han cuadriplicado y se ha tenido que recurrir a las unidades de psiquiatría de adultos para contener este incremento exponencial.

Los niños de educación infantil no han podido relacionarse, ni recibir los abrazos y besos de sus seres queridos; los adolescentes han visto truncado su proceso de subjetivación y una etapa clave de su desarrollo, mientras que sus adultos más cercanos han caído en muchos casos en la tristeza, el miedo y la desesperanza, trasladando estos sentimientos a este colectivo, lo que explica este aumento de casos de ansiedad.

“Necesitamos más dotación y más infraestructura”, insiste la doctora Blanco del Valle, “más camas hospitalarias para responder al aumento de la demanda porque muchas veces los ingresos tienen que hacerse en unidades de adultos”.

Blanco del Valle indica que “lo ideal sería poder contar con un Hospital de día infanto-juvenil en cada área sanitaria lo que evitaría los reingresos y la puerta giratoria”, aunque es consciente de la dificultad que tendría esta iniciativa para llevarla a cabo en la actualidad.

Por otra parte, resulta clave en todo este proceso la situación en cada casa y estar alerta para percibir cualquier señal de alarma que vendría derivada de cambios en la conducta habitual.

La doctora Patricia Blanco refiere que “cuando vemos que la vida que llevábamos no funciona bien y, por ejemplo, ya no nos ilusionan cosas que antes sí lo hacían es cuando hay que actuar”. La preocupación entre los profesionales de la psiquiatría es cada vez mayor, ya que la pandemia ha puesto en el centro de la diana la salud mental de nuestros más jóvenes y ha evidenciado la importancia de esta especialidad para ayudar a comprender los cambios y emociones en este momento tan crítico.