Loli Escribano: “Qué país este nuestro, en el que nadie lee pero todos saben escribir"

A Loli Escribano (Valladolid, 1971) le salieron alas hace muchos años. La periodista y escritora publica, ‘Las mariposas no viven solo un día’ una novela sobre el individualismo, la libertad y la magia, que ha escrito “como le ha salido del coño”. También cuenta a este diario que, para ella, “el comunismo y la libertad no son incompatibles”, como dice Ayuso; que se ha atrincherado en la frase “apegos fuera”, en nombre del amor a ella misma, que desaprender se ha convertido en un dogma y que “quemaría contenedores” para luchar contra la precariedad en los medios.

¿En qué se diferencian la escritura y el periodismo?

En cómo se ordenan las palabras. Solo en eso. La novela de ‘Historia de un naufrago’ de Gabriel García-Márquez, surge porque el autor era periodista y le tocó redactar la crónica del naufrago. La historia le gustó tanto que luego escribió la novela. Cuando la lees, te das cuenta de que podría ser perfectamente una pieza periodística si estuviese escrita de otra manera.

La protagonista de tu nueva novela, Candela, es sobre todo libre. ¿Qué es la libertad para ti?

Hacer lo que a uno le da la gana. Yo entiendo que para integrarse en una sociedad hay que cumplir unas normas, pero nos dejamos arrastrar. Yo he tenido que desaprender muchas cosas y aprender muchas otras. Por ejemplo, nos han enseñado que el egoísmo es un rasgo peyorativo y a mí no me lo parece. Tenemos miedo a decir que no, y al rechazo. A que no nos quieran. La libertad es un concepto al que Candela que apela directamente, porque va haciendo en cada momento lo que ella cree que le hará feliz.

¿Cuánto tiene Candela de Loli Escribano?

Muy poco. Ya me hubiera gustado a mí hacer lo que me daba la gana siendo tan joven. Me considero una persona muy condicionada por los convencionalismos sociales. A mí, por ejemplo, me inculcaron desde pequeña que la estabilidad material, económica y emocional son elementos imprescindibles para ser feliz, y yo me lo creí.

Tras 27 años en Cadena SER rescinden tu contrato hace un mes. ¿Con qué te quedas y qué dejas atrás?

Yo me quedo con todo. La radio me encanta. Además, en Soria pasan mil cosas, independientemente de lo que se diga sobre la provincia. Yo soy quien soy por esos años en la radio. Me ha enriquecido mucho a todos los niveles.

Publicaron en El Confidencial, que más de la mitad de los estudiantes de Periodismo se arrepiente de haber estudiado esta carrera por las pocas salidas laborales que ofrece. ¿Hemos romantizado la precariedad?

Totalmente, los periodistas nos hemos resignado y hemos aceptado que esta sea una profesión mal pagada y con unas condiciones pésimas. En el periodismo la normalidad es no saber cuándo vas a salir de trabajar y que no se paguen horas extra. Yo reivindicaría una revolución de los periodistas en este país para luchar por su situación. No soy violenta, pero, por esto, quemaría contenedores. (risas)

En los últimos años parece que ha proliferado una hornada de autores que no leen y, además se vanaglorian de ello.

Hace pocos días escribía una columna sobre lo que planteas: busqué en Google: “cómo se escribe un libro” y encontré un tutorial que duraba 4 minutos. El primer paso era “tener una buena idea”. Y pensé que qué maravilla. Qué país tan maravilloso este, en el que poca gente lee, pero todo el mundo sabe escribir.

En 1901 se crea el Nobel de Literatura y solo lo han ganado 16 mujeres frente a 102 hombres. ¿Crees que a día de hoy lo seguimos teniendo difícil en este mundillo?

Yo creo que ahora mismo no. Este año, por ejemplo, la mayoría de libros que he leído los han escrito mujeres. Creo que, por estadística hay más escritores que escritoras, porque hasta el siglo pasado las mujeres tenían que firmar con pseudónimo o con el nombre de su marido. No se les enseñaba a leer o escribir, no les estaba siquiera permitido. También te digo, en mis libros siempre pongo mujeres protagonistas porque la mayoría de los protagonistas son casi siempre hombres y, además, me resulta también más fácil escribir sobre ellas.

¿A quién pondrías al frente del Ministerio de Cultura?

A Elvira Lindo. Además de escribir fenomenal tiene sensibilidad para elegir los temas de actualidad sobre los que escribe. Me fascina toda ella.