Antonio Chaín reclama una “arqueología del futuro” para lograr más información sobre los restos, materiales y humanos, encontrados en el Yacimiento de Garray. El Ayuntamiento de Soria y Tierraquemada homenajean al equipo arqueológico de Numancia, con 30 años de trabajo.
Hoy lunes 23 de agosto, la fecha de la Vulcanalia que no se ha celebrado en la capital por motivos del Covid, la Asociación Cultural Tierraquemada y el Ayuntamiento de Soria han homenajeado al equipo arqueolítico del Yacimiento de Numancia.
30 años de investigación en el yacimiento celtibérico que han dado como resultado 7 libros, más de 50 artículos científicos, tesis doctorales y centenares de charlas y conferencias. Pero más allá de la divulgación científica, los estudiosos del Yacimiento siempre han tenido como objetivo acercar sus descubrimientos a la población.
Así lo destacaba Antonio Chaín, representante del equipo arqueológico encargado de recoger el reconocimiento, quien ha recordado la figura de Alfredo Jimeno como el alma mater del proyecto. Chaín lo ha definido como un hombre de “ideas preclaras” y cuya de “sobrepasar el nivel académico para divulgar a toda la sociedad” ha impregnado a todos los investigadores.
En el acto se ha destacado que el “trabajo duro” ha permitido situar a Numancia “entre los 5 mayores yacimientos de España en cuanto a legado científico”. Un trabajo que ha superado las barreras de la arquitectura y el patrimonio para convertirse en un mito.
El actual equipo arqueológico, compuesto por 5-6 personas de manera permanente, se encuentra actualmente en un periodo de “inmensa reflexión”. Preparando la que será su próxima publicación se plantea los retos a futuro en un Yacimiento donde “no se puede excavar por excavar”, señala Chaín.
Para el arqueólogo los siguientes pasos deben ir encaminados a resolver las nuevas dudas surgidas en torno a la civilización numantina. Chaín apuesta por un trabajo multidisciplinario que permita usar las nuevas técnicas, desde isótopos a la biología pasando por los vuelos con dones, para lograr que los objetos encontrados propicien un mayor conocimiento.
Entre los retos estaría volver a la necrópolis numantina. Analizada por última vez entre los años 93 y 97, los avances tecnológicos permitirían un estudio más detallado de algunos restos para mediante isótopos o pruebas de ADN poder conocer más sobre nuestros antepasados. Un reto solo a la altura de unos verdaderos numantinos.