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La serrana negra soriana, en riesgo. Podrían sacrificarse más de 250 ejemplares

La serrana negra soriana, en riesgo. Podrían sacrificarse más de 250 ejemplares

La normativa de Castilla y León no deja otra salida. Varios positivos por tuberculosis en la explotación más grande de Soria y de Europa de vaca negra serrana soriana obligan a sacrificar a la cabaña entera de Alejandro García. El joven está "destrozado" y pide "encontrar una solución" que no suponga la merma de una raza protegida en más de un 40%.

La historia se repite. En el año 2011, la vaca negra serrana soriana quedó prácticamente extinta, al tener la Diputación Provincial que sacrificar todos sus ejemplares de Taniñe por una enfermedad. Durante los últimos años la raza había conseguido levantar cabeza gracias al esfuerzo conjunto de la Diputación Provincial y los ganaderos sorianos. Consiguieron que los ejemplares de serrana negra soriana pasasen de 291 (en el año 2016) a 536 (en 2020). Ahora, lo que se considera como un brote de tuberculosis amenaza con volver a poner en jaque a una raza emblema de la provincia.

Los casos de tuberculosis llevan años detectándose en la ganadería de Alejandro García, la mayor cabaña de esta raza de Soria y de Europa con 220 cabezas de negra serrana soriana. García explica, en declaraciones en exclusiva para Soria Noticias, que "desde hace 4 años en cada saneamiento, anual, se detectan dos o tres positivos".

La normativa de Castilla y León es contundente y se resume en que, si después de analizar un animal, el resultado es positivo, el veterinario marca los animales con una “T” en la oreja y les aplica un bolo ruminal. Mediante un acta de marcado se notifica al ganadero las reses positivas. Se menciosa expresamente que los animales marcados deberán ser sacrificados en un máximo de 15 días. Por cada animal sacrificado, el ganadero recibe una indemnización. La cuantía es idéntica en todo el territorio nacional y se regula mediante Real Decreto del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

García critica que ha pasado cuatro años pidiendo que se adopten medidas en su cabaña. "He propuesto separar explotaciones, he cogido pastos nuevos, hacer cuarentena, matar las vacas más mayores,...". Pero, refiere que "han dejado pasar el tiempo hasta que ahora me han comunicado verbalmente que las van a sacrificar".

Es consciente de que la enfermedad se debe atajar, pero pide que se tenga en cuenta que este "no es un caso común al tratarse de una raza protegida". Señala además que "bajo mi nombre tengo unas vacas en Taniñe y otras en Sarnago que nunca se han visto" por lo que no entiende que se deban sacrificar todos los ejemplares. Por ello, insiste en que "las cosas se pueden hablar, se puede estudiar cómo proceder para no cargarse una raza".

Un ganadero "destrozado"

Alejandro García es el ejemplo perfecto de amor por el mundo rural. Con poco más de 20 años decidió apostar todo por su pueblo, San Pedro Manrique, y por la pasión de una familia al completo, la ganadería. Tras completar sus estudios, dio el paso más importante de su vida, un salto al vacío que le unió a una raza 100% soriana y en peligro de extinción.

"Me enteré de que José Luis Palomar y su socio estaban interesados en vender su explotación y no encontraban comprador por tratarse de una cabaña de 80 cabezas de vaca negra serrana soriana, una raza poco productiva porque no se valora. Me contaron que irían directas al matadero y no lo podía permitir, así que compré toda la empresa, instalaciones incluidas", recuerda Alejandro García.

Desde entonces, el esfuerzo ha sido "enorme" para "trabajar siempre en pureza y respetar una raza que es nuestra", señala emocionado el ganadero de Tierras Altas. Gracias a su trabajo, su cabaña pasó de 80 a 259 cabezas y todo desde la comarca considerada como la zona cero de la despoblación.

García pudo vender ejemplares para cría solo durante el primer año de actividad y también machos cebados, estos bajo el logotipo de raza 100% autóctona. Esta era su "ilusión" porque pretendía que con ello "creciese la raza". Pero despues del primer año se detectaron los primeros positivos por tuberculosis, y la correspondiente inmovilización de los ejemplares imposibilitaron todo ello.

Ahora, el mundo se le ha venido encima. No puede ser optimista respecto a que una solución sea posible. "Se le quitan a uno las ilusiones de todo, no puedo ni ver a mis vacas porque se me rompe el corazón", expresa para añadir que "ser ganadero es ser un esclavo de los papeles y la administración para que, encima, te peguen este mazazo".

La vía judicial

Hay varias asociaciones que han contactado con el ganadero soriano para prestarle asesoramiento, una de ellas es FEAGAS, que estudiará apoyar formalmente a García para no dar todo por perdido. Estas acciones incluyen la vía judicial. "Yo voy a luchar hasta el final, aunque sea difícil", concluye el sampedrano.

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