Con tan solo 22 años, el matemático soriano Alejandro Fernández comienza este mes a impartir clases y a sacarse el doctorado en la prestigiosa universidad británica. Divertido y apasionado, concibe las matemáticas como una mezcla de libertad, juegos y arte que resulta muy útil para la vida real.
Solo una persona con una verdadera relación espacial con una materia está capacitada para realizar un doctorado en Oxford. Es el caso de las matemáticas y Alejandro Fernández, un joven soriano para quien los números son puro arte, un universo infinito de posibilidades y libertad. Con solo 22 años, este matemático comienza este mes de octubre su doctorado en ‘Ecuaciones en derivadas parciales elíptico-parabólicas’ (EDP) en una de las universidades más prestigiosas de todo el planeta.
Su idilio con la materia comenzó cuando apenas tenía 10 años, y sus profesores de Las Pedrizas, viendo su talento, le propusieron para el programa Estalmat de la Real Academia de las Ciencias Exactas. Allí, en esa cantera de ‘estímulo del talento Matemático’ y gracias a “unos profesores maravillosos, de esos que trasmiten pasión por lo que hacen”, Alejandro descubrió unas mates que no tenían nada que ver con lo que él estudiaba en clase.
Y es que, para este talento soriano las matemáticas son algo bien distinto a lo que suponen para la mayoría de jóvenes de su edad. “Las mates son una ciencia muy social”, desafía a la lógica, para señalar que donde otros ven problemas él ve libertad para resolverlos, y que donde la mayoría encuentran complicados conceptos abstractos, él descubre el arte.
Esas matemáticas de juegos y acertijos son las que le engancharon cuando era un crío, y le llevaron a estudiar matemáticas puras al terminar el Bachillerato en el Machado. Tras cuatro años en la Universidad Autónoma de Madrid para sacarse el Grado de Matemáticas (“con un 9 bajo”, dice humildemente), Álex se enteró de que la Universidad de Oxford iba a aumentar para este curso las plazas de su doctorado en Ecuaciones de Derivadas Parciales: darían un total de 4.
En el mundo fantástico de las matemáticas de Alex, ese 2+2 se convirtió en la oportunidad perfecta para continuar con sus estudios del Trabajo Final de Grado en la Universidad de Oxford, a las órdenes de otro español, el investigador granadino José Antonio Carrillo. Pero, ¿qué es lo que va a hacer Álex en la mítica universidad británica?
Las EDP
El soriano investigará, echando mano de las famosas ‘Ecuaciones derivadas parciales elíptico-parabólicas’, cómo las partículas se comportan en relación con el espacio y el tiempo, juntándose o separándose. Fernández no es un purista, y siempre ha buscado el lado más práctico de las matemáticas. Comprender estos movimientos de las partículas abre las puertas, por ejemplo, a predecir el comportamiento de los tumores en el cuerpo humano. El joven marcha a Gran Bretaña cuatro años para realizar este doctorado. Cuatro cursos en los que, además de investigar, también dará clases en la universidad. Todo ello en el ‘inglés de las mates’ que, reconoce, es “más sencillo”.
Hasta llegar a Oxford, el soriano ha pasado por concursos y campamentos de matemáticas de todo el mundo. Lugares donde “se disfruta bastante” y se rompe “el mito del genio solitario”. Álex ha logrado una planta, dos bronces y una mención de honor en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas de Bulgaria estando en la universidad, pero ya en la ESO fue reconocido por el Ministerio como uno de los 15 mejores de su promoción en toda España.
Aunque su trabajo, las EDP, se enclava dentro del análisis, Álex ha probado otras ramas de como el álgebra o la topología, y también ha dado sus primeros pasos con la programación. Sobre el futuro, prefiere ser cauto. “Primero tengo que descubrir cómo es investigar, pero no me cierro la puerta al sector privado”, señala. Por el momento, la investigación le tiene atrapado porque “es una actividad social”, ya que “cuando salen las cosas más chulas es tomando un café y divagando con algún compañero”.
Con ese enfoque, Alejandro asegura que “las matemáticas son la parte más creativa de las ciencias, algo así como la filosofía de las ciencias”. Desde que descubrió, hace 12 años, que “las matemáticas son un juego”, los números y las fórmulas han correspondido a su talento y esfuerzo abriéndole numerosas puertas. La última, este mes de octubre, la de la Universidad de Oxford. ¿Cuál será la próxima?