Visitamos el Observatorio Astronómico “El Castillo” en Borobia, el Lago de la mina Gandalia, las Lagunas de Ciria y Borobia o el Cañón del Río de las Cuevas en un increíble viaje por el este de la provincia.
Nuestra ruta de hoy nos lleva a recorrer rincones del este de la provincia de Soria donde los elementos se conjugan para darnos una experiencia que va más allá de lo visible. La inmensidad de unos cielos más limpios del mundo y el increíble poder de las rocas y los minerales de la madre tierra nos acompañarán en un paseo pensado para ser disfrutado con los 5 sentidos.
Uno de los mejores espectáculos que ofrece la provincia de Soria son sus atardeceres y sus puestas de Sol, que acontecen sobre horizontes amplios y unos cielos limpios y llenos de color. Al caer la noche el firmamento se presenta cercano y trasparente, tachonado de cientos de estrellas, y con una calidad que ya en pocos lugares puede encontrarse. Tales valores son los que impulsaron la creación del Observatorio Astronómico “El Castillo” en Borobia, un proyecto pionero en España (inaugurado en 2002) que ofrece a todo el mundo la posibilidad de observar el firmamento en detalle a través de un potente telescopio, El Coyote (Smith-cassegrain 16”).
Las sesiones guiadas de observación astronómica no se limitan sólo a la observación nocturna, donde podemos ver galaxias, cúmulos globulares, nebulosas, planetas, la Luna, etc.; también se ofrecen sesiones diurnas para observar el Sol, así como otro tipo de actividades relacionadas con el turismo astronómico y con la enseñanza de la astronomía (especialmente para colegios). Pero no son sólo interesantes sólo los cielos de Borobia, también los son sus tierras…
Otro de los grandes valores que esconde esta comarca suroccidental del Moncayo, es su geología. Una geología singular que se repite en pocos lugares del planeta ya que, merced a la “falla de Tablado”, aquí afloran materiales de la Edad Primaria o Paleozoica, y aparecen fósiles del Cámbrico, correspondientes a los primeros seres pluricelulares que existieron en el planeta hace 500 millones de años. La diversidad y riqueza geológica de este territorio, donde también aparecen fósiles de la Era Secundaria, se manifiesta a través de los afloramientos minerales que encontramos en su superficie y que fueron explotados por los hombres a lo largo de la historia: plata, plomo, yeso, almagre, hierro, y en la actualidad, magnesita...
La explotación de hierro fue una de las principales actividades económicas de Borobia y de los pueblos de esta parte del Moncayo, a lo largo de su historia. Algunos de esos filones, como las minas Petra, en Ólvega, y Gandalia, en Borobia, fueron aprovechados ya por celtíberos y romanos, y continuaron explotándose de forma intermitente hasta la segunda mitad del siglo XX, dejando una huella reconocible en el paisaje, especialmente porque en la segunda mitad del siglo XX se abandonaron sus antiguos túneles y se explotaron como canteras. Dichas canteras con el tiempo se han llenado de agua, dando lugar a lagos, que en el caso de la mina Gandalia tiene unas dimensiones considerables: 300 metros de diámetro y 60 de profundidad. No en vano, fue esta la mayor explotación minera del Moncayo y de la provincia de Soria, como podemos observar por la amplitud y extensión de sus terraplenes, que se extienden a lo largo de 2 kilómetros.
La mina Gandalia se encuentra en mitad de un monte de pino y roble. Todavía se conserva cerca de su entrada una de las balsas de lavado del mineral reconvertida en laguna de aguas permanentes que suele ser visitada por una diversa fauna lacustre: patos, fochas, aguiluchos laguneros… Uno de los edificios de la explotación ha sido reconvertido en albergue para grupos (de titularidad municipal). Información y reservas: 676726045.
A los pies de la mina Gandalia se halla la Ermita de la Virgen de los Santos, santuario que comparten Pomer, Beratón y Borobia, fundado por Santo Domingo de Guzmán a principios del siglo XIII, según la tradición. A su lado encontramos la Huerta de la Virgen, una amplia arboleda transformada en parque y espacio botánico, con variadas especies de plantas y árboles de diversos lugares de Europa.
El Sabinar de Ciria y Borobia es atravesado de norte a sur por el río Manubles, que ha horadado en él un espectacular cañón cuyas escarpadas paredes calizas contienen un buen número de cuevas, muchas de ellas habitadas en tiempos prehistóricos. De ahí, su nombre popular: “Río de las Cuevas”. A ambos lados, sabinas de buen porte (juníperus thurífera) se mezclan de forma singular con robles quejigos (quercus faginea) y en las umbrías, con arces de Montpellier (acer monspessulanum), dotando al paisaje de un colorido espectacular, sobre todo en otoño. El lugar nos ofrece una abundante presencia de buitre leonado, y también de rapaces como el águila real, el alimoche común o el halcón peregrino, además de una de las poblaciones de murciélagos más importantes de Castilla y León, cuyo hábitat son las numerosas cuevas de la zona.
Otro de los valores que aporta la singularidad geológica de la zona es su biodiversidad, y en este caso la presencia de endemismos en peligro de extinción, como la Erodium Paularense, o Geranio del Paular, que tiene en la zona de Tablado su principal área de extensión en el mundo, siendo esta una de las cuatro colonias que quedan.
Para conocer otras rutas, y cientos de curiosidades de Soria, puedes visitar la página web de Soria Ni Te La Imaginas.