Los productores de porcino señalan que la región tiene capacidad y necesidad de más granjas. "Somos hijos y nietos de agricultores, generamos vida en los pueblos y queremos y cuidamos nuestro entorno", reivindican. Actualmente hay más de 4.200 granjas que dan empleo a unas 15.000 personas con 35 cabezas por kilómetro cuadrado en Castilla y León.
El porcino aporta, por primera vez en la historia, más a la balanza comercial de Castilla y León que el cereal. Un dato que ayuda a entender el tamaño de un sector que, asegura, tiene mucho margen de crecimiento. "Desde el campo se trabaja para alimentar al mundo", reivindican hartos de la "hipocresía" y de unos mensajes que para nada concuerdan con la realidad: "Somos fieles cuidadores de nuestro entorno y de nuestros animales y creamos riqueza y empleo", señalan.
Miguel Ángel Ortiz Latorre, presidente de FEPORCYL, explicaba esta mañana en una rueda de prensa el posicionamiento del sector ante una corriente que en los últimos meses gana mucho protagonismo mediático: el movimiento animalista, contra las granjas de gran capacidad y contra el consumo de carne. “Imponen mentiras y falsedades”, señalaba para lamentar que la sociedad actual sea “demasiado urbana” y allá olvidado no solo sus orígenes, sino que las necesidades alimenticias se proveen desde el mundo rural.
Ortiz comienza por definir la realidad del sector. “No somos ni multinacionales ni gente de fuera”, explica puesto que la mayoría de las explotaciones son de “hijos y nietos de ganaderos que hemos evolucionado”. En Castilla y León las granjas de porcino, 4.236, dan trabajo a unas 15.000 personas. En total la región cuenta con más de 4 millones de cabezas de ganado porcino.
“Somos de la tierra y la queremos”, reivindica y señala que “creemos que nuestra actividad para nada la perjudica” sino al contrario pues “generamos riqueza y empleo”. La granja paga el IBI y el impuesto de sociedades en el lugar en que se ubican y, en muchos casos, esos impuestos son uno de los principales sustentos de muchos municipios.
Espacio para más granjas
Tras la asamblea anual de FEPORCYL el sector reclama su capacidad de crecimiento en la región. Castilla y León no tiene ganado suficiente para consumir todo el cereal que produce y necesita importar nitrógeno químico para los fertilizantes. Dos ejemplos que a juicio de FEPORCYL reflejan que hay espacio para más granjas.
“Vivimos en un sitio donde el porcino tiene mucha cabida todavía de una manera muy sostenible”, resumen. La región cuenta con una ratio de 35 cabezas de porcino por kilómetro cuadrado, una cifra muy inferior a la de países como Dinamarca u Holanda donde se alcanzan las 300. “Y no pasa nada porque está todo muy regulado y controlado”, señalan.
Ortiz recuerda que “los purines son un abono orgánico excelente, no material nuclear” por lo que piden “aprovechar todo el campo que tenemos” para instalar más granjas que generan sinergias con el resto del mundo agrario. “Los purines no contaminan, y son infinitamente mejor que cualquier otra fertilización. Hay que hacerlo bien, como todo en la vida, ni más ni menos”, explica.
“La gente no se puede hacer una idea de la infinidad de normas que cumplimos” relatan y señalan que este exceso de regulación “encarece la producción y dificulta la producción” logrando “justo lo contrario de lo que buscan”. El exceso de presión sobre los productores se acaba traduciendo en “dejarlo todo en manos de grandes ganaderos” porque el pequeño no tiene capacidad para atender semejante actividad administrativa y ambiental.
La hipocresía
Además, recuerdan que el sector “es uno de los más regulados a nivel mundial” y que en los últimos 40 años se ha mejorado muchísimo tanto en el cuidado del medio ambiente como del bienestar animal. Señala que España es un “referente mundial en porcino” por la calidad de sus productos, pero también por la sostenibilidad de las explotaciones.
Ortiz pide no tirarse piedras sobre el propio tejado, atacando un sector que “llena la España Vaciada no solo de riqueza sino también de personas”. El presidente de la patronal regional destaca que “el ganadero hace sostenible su granja, su familia y su entorno” con sus explotaciones.
“No entiendo porque algunos quieren que vayamos hacia atrás”, lamenta y pide “que nos dejen trabajar, que lo hacemos muy bien”. Consideran los ganaderos que la sociedad actual tiene “mucha hipocresía” porque quiere comer carne pero que no existan granjas. Desde el sector se señala que las mal denominadas macrogranjas “son la única forma de que el consumidor encuentre productos asequibles para su bolsillo”.
Sobre los movimientos contra la carne, Óscar Caso Molina, veterinario y autor del libro 'La desconexión urbana: ganadería, animalismo y alimentación', señala que “alimentar a 8.000 personas a base solo de verde será imposible” y recuerda que la base de la alimentación humana es y será la proteína animal.
Señala el veterinario que muchos sectores veganos viven una constante “lucha entre la cabeza y el cuerpo” porque “la genética les lleva a comer cosas que se muevan y se necesitan esas proteínas animales”. “La otra alternativa es alimentos artificiales”, avisan.