La Guardia Civil considera que conducía un vehículo a motor con temeridad manifiesta, poniendo en peligro la vida o la integridad de las personas y conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
La Guardia Civil de Soria investiga a un vecino de la provincia, como presunto autor de dos supuestos delitos contra la Seguridad Vial, por conducir un vehículo a motor con temeridad manifiesta, poniendo en concreto peligro la vida o la integridad de las personas y hacerlo bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
Según ha informado la Subdelegación del Gobierno hoy, los hechos por los que se le investiga ocurrieron el pasado día 4 de octubre de 2021, a la altura del punto kilométrico 72,540, de la carretera N-110, en el municipio de San Esteban de Gormaz, donde, tras circular con su turismo por el carril izquierdo, colisionaba con un camión.
Trasladado para ser atendido médicamente en el hospital de Aranda de Duero (Burgos), se negó a someterse a las pruebas de detección alcohólica, motivo por el cual había sido ya investigado penalmente, la Guardia Civil Burgos.
Se da la circunstancia que dicha persona había sido ya investigada por delitos similares contra la seguridad del Tráfico, con fechas 23/08/2021 y 09/10/2021 por la Guardia Civil de Soria.
Las diligencias instruidas han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de El Burgo de Osma.
Sanción
La conducción temeraria es el exponente de la conducción más inapropiada y crea un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial. Esta conducta al volante podría conllevar administrativamente hasta 500 € de sanción, retirada de 6 puntos del permiso de conducción y penalmente podría ser castigada con las penas de prisión de seis meses a dos años y privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta seis años.
La ingesta de bebidas alcohólicas, así como la de drogas y sustancias tóxicas, influye en el conductor de un vehículo con la disminución de la capacidad sensorial, de reflejos y de atención en la conducción, desvirtuando la percepción de la realidad, determinando una conducción inapropiada y creando un concreto peligro para la vida propia y del resto de los usuarios de la vía, aumentando exponencialmente la posibilidad de sufrir un siniestro vial. Este delito puede conllevar una pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de uno hasta cuatro años.