La institución cameral ve positivo el descenso del desempleo en la provincia, pero advierte que las medidas especiales son necesarias en un momento en el que las empresas sufren un incremento del precio de las materias primas y de la energía y la falta de suministros.
Los datos de la Encuesta de Población Activa sitúa el total de desempleados de la provincia en 2.700 y supone una tasa de paro del 6,16%, la más baja de la Comunidad (10,05%), y por debajo de la media nacional, que se coloca en el 14,57%. En relación al tercer trimestre de 2020, en la provincia de Soria había 4.100 parados (una tasa del 9,03%) y 40.900 ocupados. El número de ocupados es de 41.700 en el tercer trimestre, con una tasa de ocupación del 59%, frente a los 40.100 ocupados del anterior trimestre.
“Sin duda, los datos son positivos para la provincia, con un paro prácticamente técnico, y nos hablan de la aportación de las empresas a la recuperación laboral y económica tras la pandemia. Sin embargo, este es un momento crucial para el sector empresarial de Soria, que a pesar de las buenas cifras de empleo, atraviesa complicaciones derivadas del incremento del precio de las materias primas, la factura eléctrica y la falta de suministros. También hay que sumar a estas circunstancias coyunturales la falta estructural de trabajadores, especialmente en algunos sectores”, señala el presidente de la Cámara, Alberto Santamaría. “De ahí que sea necesario articular las medidas de fiscalidad diferenciada para zonas especialmente despobladas y ponerlas ya en marcha, de manera que beneficien a las empresas ya instaladas y favorezca la llegada de otras”, apunta.
Además, la Cámara considera, sumándose a la opinión de la Cámara de España, que es menester acometer la necesaria revisión y consecuente modernización de las políticas activas de empleo, la reducción de la burocracia y los costes vinculados al proceso de contratación laboral, y ofrecer una formación para la inserción laboral que, de manera acompasada, aborde las nuevas y futuras necesidades del mercado. En este sentido, el Plan Next Generation EU representa una oportunidad histórica para abordar estas reformas pendientes y modernizar el tejido productivo, con la transformación digital y ecológica en el centro de las acciones, contribuyendo de este modo a impulsar la creación de más empleo y de mayor calidad.