El Burgo de Osma celebra los cien años de Victorina Villanueva Gil

El Burgo de Osma está de celebración toda vez que el templo parroquial de Nuestra Señora del Carmen acogía hoy el centenario de Victorina Villanueva Gil, que no había salido de su vivienda particular tras estallar la pandemia. Junto a la eucaristía, la longeva oxomense asistía después a una comida familiar.

Eva Muñoz, diputada provincial de Servicios Sociales ha sido la encargada de entregar la placa conmemorativa y el acta con la fecha del cumpleaños de la centenaria. Por parte del Ayuntamiento, Antonio Pardo, alcalde, hacía lo propio con un ramo de flores.

Victorina nació el 29 de octubre de 1921 en Osma. Sus padres fueron Máximo y María, y vivió con ellos y sus tres hermanas hasta que se casó con Andrés, el 15 de diciembre de 1950. Su esposo falleció hace 23 años.

La centenaria siempre ha sido una amante de los viajes, “un culo inquieto no solo por placer, también por trabajo”, ha bromeado. Precisamente el matrimonio ha vivido en Valencia de Alcántara (Cáceres), Medinaceli, Berlanga de Duero y por último la familia se asentó en El Burgo de Osma hace 47 años.

El matrimonio tuvo dos hijos, Andrés y Ángel, a los cuales con "sacrificio y esfuerzo" pudieron cursar estudios universitarios. La saga continúa con tres nietos, de los que presume orgullosa.

Respecto a su trabajo, Victorina se ha dedicado a las tareas del hogar, procurando el bienestar de su familia, con cariño y enseñando los mejores valores y principios. Actualmente vive en su casa y al cuidado de sus hijos.

Para la familia era tradición reunirse para oficiar la matanza del cerdo. Se trata de una costumbre que mantuvieron en el tiempo las cuatro hermanas durante muchos años.

La homenajeada ha confesado sus aficiones, como jugar a las cartas, completar sopas de letras, ver los concursos de la televisión, además de rezar sus oraciones diarias. Antes de la pandemia, acudía al centro de la tercera edad por las tardes para compartir tiempo de naipes, pero ahora, por evitar contactos con otras personas sigue jugando, pero en casa con su hermana, que también celebró su centenario hace cuatro años.

Hoy volvían a colcar el número de la centena en la tarta de cumpleaños.