Artículo de opinión de Alejandro Ramos, profesor universitario y secretario de NNGG en Soria.
Creo que es algo mutuo. A Sánchez no le gusta Castilla y León, pero a Castilla y León, tampoco le gustan las políticas de Pedro Sánchez.
Los castellanoleoneses no queremos que se ataque a nuestros agricultores ni se abandone a los ganaderos ante el lobo. Tampoco queremos que se cuestione la calidad que tiene nuestro sector cárnico o el vacuno de leche y, no nos gusta que se dé la espalda al toro de lidia.
Estamos cansados de que continuamente se perjudique a sectores importantes para nuestra comunidad como la industria del automóvil o el azúcar de remolacha. No apoyamos los cierres precipitados de las minas o las térmicas y defendemos que sigan abiertas las pistas de esquí de Navacerrada.
Nos oponemos a un reparto desigual de los presupuestos y de los fondos europeos, únicamente en función del signo político y del grado de esclavitud que tiene el Gobierno de España para con sus socios independistas, comunistas y Bildu - etarras. Tampoco queremos subidas de impuestos.
Frente a esta política, el Partido Popular en Castilla y León, ha demostrado ser un partido con amplia experiencia de gobierno, que conoce a la perfección todo el territorio de la comunidad, que sabe gestionar y, especialmente, que defiende los intereses de las personas de esta tierra.
Todos estos años de gobiernos populares, han permitido que nuestra comunidad tenga los mejores resultados en educación de toda España; disponga de uno de los mejores servicios sociales de todo el país, especialmente, en cuanto a dependencia se refiere; ocupe uno de los primeros puestos en relación a la prestación de servicios sanitarios y sea una de las comunidades, junto con Madrid, con las mayores bajadas de impuestos, favoreciendo a toda la población y, de manera especial, al mundo rural y a nuestros jóvenes.