San Juan 2022, tenemos que hablar

Si usted ha llegado a este artículo seguramente en los últimos dos meses habrá tenido esta conversación en más de una ocasión. ¿Habrá Fiestas de San Juan 2022? Esa es la duda que tenemos todos y para la que, me temo, todavía no existe respuesta. En este artículo analizaremos la situación, comentaremos varios aspectos críticos y nos plantearemos una dura pregunta: ¿Estamos dispuestos a renunciar a alguna parte de nuestras Fiestas para poder celebrarlas este 2022?

Lo primero que debemos entender es que vivimos en una situación fluida. Hace 50 días, con media España confinada y las familias no reuniéndose ni por Navidad, parecía hasta temerario hablar de San Juan. Hoy, con los contagios en caída libre y muchas actividades celebrándose de manera normal, eres un idiota miedoso si planteas que la cosa no es tan fácil.

La duración de las fiestas es el primero de los dos factores claves en esta charla. Quitando actos protocolarios, San Juan impregna dos meses enteros y es complicado hacer previsiones de la pandemia para tanto tiempo. Además, las cuadrillas necesitan semanas antes de el Catapán para prepararse, por lo que la decisión no podría tomarse mucho más tarde de mediados de marzo.

Pero hay un segundo elemento del que apenas se habla y que es todavía más importante que la duración: San Juan lo organizan personas voluntarias. Si las fiestas las organizase el Ayuntamiento no tendría muchas dudas de que se van a celebrar, pero para hacer unas fiestas tal y como las conocemos Soria necesita 12 parejas de voluntarios que, con sus grupos de amigos y familiares, quieran tirar para adelante. 24 héroes sanjuaneros que pongan en juego su soñada experiencia de ser jurados para que todos los demás tengamos Fiestas.

¿A qué estamos dispuestos a renunciar?

El lector me dirá que esas 12 parejas ya existen, los voluntarios de las fiestas de 2020. Sería esperable y hasta entendible que algunas de esas parejas decidieran bajarse del barco tanto por motivos estrictamente personales (cambios laborales, familiares, salud…) como por no querer asumir semejante responsabilidad en un momento tan incierto o incluso apelando a su legítimo derecho de ser jurados en unas ‘fiestas normales’.

Y es que aquí llegamos a algunos de los puntos clave del debate: ¿A qué parte de las fiestas estamos dispuestos a renunciar para que se celebren? ¿Tiene sentido celebrar un San Juan a medias? ¿Van a querer las cuadrillas celebrar unos Sanjuanes que no sean completos? ¿A partir de qué punto es mejor celebrar una semana cultural organizada por el Ayuntamiento?

A día de hoy, por ejemplo, resulta complicado imaginar un Catapán con las botas yendo de boca en boca y todo el mundo cogiendo queso y bacalao de la misma bandeja. ¿Va a poder haber chiringuitos en Valonsadero? Otro ejemplo, la corrida del Viernes de Toros es multitudinaria, abierta y libre y resulta complicado que eso sea viable en la era de los aforos reducidos y controlados. ¿Se podrá celebrar la subasta de los Agés?

Lo peor de estas preguntas es que no tienen respuesta certera y no hay manera de contestarlas con cierto grado de certidumbre con tanto tiempo de antelación. Seguramente el lector piense que imágenes como las que se pueden dar un Catapán se dan actualmente en la noche de muchas ciudades españolas. No le falta razón, pero también hay que tener en cuenta que no es lo mismo un evento privado organizado por una empresa que un ‘sarao’ público organizado por unos voluntarios y auspiciado por un Ayuntamiento.

¿Tiene sentido celebrar unas Fiestas ‘a medias’? Seguramente sí, para volver a la normalidad y porque algunos tendrán que ser los primeros Sanjuanes post Covid , cuanto antes se celebren, antes llegaremos a las fiestas de siempre. La duda es si las cuadrillas, y en menor medida las peñas, querrán participar de algo así. ¿Cómo asumir el bastón sin saber a lo que te enfrentas?

¿Tiene sentido celebrar unas Fiestas sin cuadrillas? Lógicamente no. Hay eventos como la propia Saca, las Bailas, las procesiones o la feria taurina que, a buen seguro, se podrían celebrar sin mayor problema. Pero sin cuadrillas y peñas estaríamos hablando de una especie de ‘Semana cultural’ que permitiría quitarnos el mono, pero que en ningún caso sería lo mismo.

El punto crítico

Con todo, ninguno de estos es el principal punto crítico que ven muchos jurados y que se escapa a la realidad de la ciudad. El mayor temor para muchos voluntarios tiene que ver con los brotes Covid y, sobre todo, con los confinamientos. Mientras la ley no cambie, los contagiados tienen que pasar una cuarentena que, llegado en el momento menos oportuno podría dar al traste con todo. ¿Qué sucede si en una de las cenas previas al Catapán hay un brote en una cuadrilla? ¿Qué hacemos si el miércoles el pregón un jurado o una jurada da positivo? Lógicamente, y teniendo claro que la salud va por delante, esto sería mucho más dramático que un Catapán sin botas o que tener que ajustar no sé qué el Viernes o el Sábado.

Con todas estas incógnitas, y muchas más que seguro se me escapan, mañana se reúne el alcalde y la comisión de festejos del Ayuntamiento de Soria con las parejas voluntarias. Las ganas son comunes a todos los sanjuaneros aunque la incertidumbre es propia de quienes tienen que asumir una responsabilidad que será histórica en un momento incierto. Con todo, es probable que mañana no se tome una decisión definitiva y se espere a la reunión de marzo para abortar o lanzarse a la piscina.

A ti, lector de Soria Noticias, te pedimos que nos dejes en los comentarios o en las redes sociales tu opinión sobre este debate. Y a a la comisión de festejos, el Ayuntamiento de Soria y los jurados solo nos queda desearles ‘Salud para decidir’.