Irina Simón y Anna Katarina son madre e hija. Son de Rusia, pero viven en Soria y, en cierto modo, se sienten de aquí. Ambas han colaborado y se han sumado a la iniciativa de recogida de productos de primera necesidad para enviar al país invadido. Quieren aportar su granito de arena “para lanzar un pequeño mensaje”.
En la planta baja de Espolón 10, Irina Simón y su hija, Anna Katarina, reciben a todo aquel que quiera colaborar en la aportación de productos de primera necesidad destinados a Ucrania ante el conflicto bélico que se está produciendo. Una rusa y una rusa alemana, afincadas en Soria, unidas a la cultura rusa, quieren arropar a sus vecinos ayudando en una iniciativa que comenzó con su propia aportación.
Tras visitar la empresa de transporte soriana JAM para llevar su donación, pudieron conocer a las personas encargadas del proceso y ver todo el alcance que estaba teniendo el proyecto. “Había de todo, desde ropa de abrigo hasta conservas, pañales… de todo, era increíble”, ha relatado Katarina. Tras enterarse de que buscaban voluntarias para ayudar decidieron ofrecerse. Para ellas, se trata de una simple colaboración que “aporta mucho y supone lanzar un pequeño mensaje a los ucranianos, a los rusos y a todo el mundo para que vean que no todos los rusos somos así”, han argumentado.
Sobre cómo están viviendo la situación bélica desde España, para Irina está siendo “muy complicado” porque no todos sus compatriotas conocen la verdad. “El presidente tiene en su poder a los medios de comunicación, los rusos no pueden saber cómo está realmente la situación y cómo son las cosas. Putin quiere la guerra, pero creo que, de esta situación, saldrán cosas positivas”, ha explicado.
Desde el punto de vista de la joven, “es muy cruel lo que está haciendo el presidente ruso, quien mediante el engaño manda a la guerra a niños de 20 años y a soldados que piden perdón a sus padres porque se sienten obligados y viven con el miedo de ser asesinados o encarcelados”. Actualmente, en la sociedad rusa “existe un lavado de cerebro muy grande debido al control al que están sometidos los medios de comunicación”, ha añadido. Katarina se siente apenada, no solo por estar “muy unida a la cultura rusa y haber vivido allí”, sino también por “ver cómo están sufriendo, tanto Ucrania como Rusia, que son países hermanos”.
Con respecto a su decisión de ayudar, Irina ha asegurado que tienen “muchos amigos y familia, tanto en Ucrania como en Rusia” y conocen cómo están viviendo las cosas allí. “Hasta los 28 años, viví en Rusia, luego me fui a Alemania y ahora estoy en España. Lo único que queremos es arropar a Ucrania”, ha señalado. Por su parte, su hija ha relatado que “el pueblo ruso considera a Ucrania como sus hermanos” y van a ayudar porque están “en contra de la guerra”.
Su propósito es claro. Irina no quiere “contar muchas penas”, sino mandar “un mensaje de unión para todos, que esto suponga un volver a empezar”. Y añade al respecto: “Veo cómo en Ucrania y en Rusia empiezan una página de cero porque este sistema se acaba. Esto supone una nueva época que espero que sea de amor, de luz y de ayuda”, ha recalcado. Katarina, con un sentimiento de nostalgia y de ilusión, ha puntualizado que “lo más bonito es ver la unión de personas de todo el mundo, personas de Italia, Alemania, Ucrania, que hacen que se muestre la gran solidaridad de España en momentos tan duros como este”.
Con el objetivo de sumar, ambas estarán en el local recibiendo a todo aquel que quiera acudir, en horario de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas, hasta el 11 de marzo y animan a todos los sorianos a aportar “cualquier cosa, porque será bien recibida”.