Jorge García, el pequeño soriano de 6 años creador de torreznos

La historia de Jorge García Gordo tiene su origen en la tradición familiar, concretamente en el Bar Las Piscinas de San Pedro Manrique. Allí trabaja una familia que, entre su oferta gastronómica, elabora torreznos. La inquietud de este pequeño de 6 años y su ímpetu por querer ayudar hicieron que pronto quisiera aprender a hacer elaboraciones. “He hecho lomo, bizcochos, flanes, la carne a la plancha, que es fácil”, cuenta. Y de lo más sencillo, dio el salto, agarró unas buenas pinzas y la freidora y se puso manos a la obra. Y es que, Jorge conoce muy bien cuál es nuestro manjar gastronómico: “el torrezno”. Lo conoce y, de hecho, sabe cómo hacerlo.

Con mucha tranquilidad y la ternura que puede transmitir alguien a su corta edad, afronta un nuevo reto. Se presenta a la final de la nueva edición al ‘Mejor Torrezno del Mundo’. Lo hace con un pequeño percance. “El coche ha tenido una avería, ha tenido que ir la grúa y nos llega la freidora tarde, aunque habíamos acordado con ellos -señala a otra participante- compartir los utensilios”, narra Ana Gordo, su madre, orgullosa de su hijo.

Él, espera. Lo hace tarde, pero le sobra tiempo. Queda demostrado. Sabe hacer torreznos, no es la primera vez, pero sorprende su habilidad, que logra captar la atención de los presentes. Sobre cómo empezó a hacerlos, el pequeño, con total naturalidad, explica que lo hizo un día fijándose en su padre. “Los parte papá, los mete al horno unos 25 minutos hasta que a la corteza le empiezan a salir ’burbujitas’ y luego los mete a la freidora con el aceite frío”, narra, sin secretos.

Dicho y hecho. Jorge toma el relevo de su padre y empieza a hacerlos. En cuanto a los imprevistos, explica que surge alguno, “el aceite salta”, pero nada que preocupe porque lo hace ante la atenta mirada y supervisión de sus progenitores. Por afición, porque siempre ha querido participar en la cocina, como algo cotidiano, normal, incluso anecdótico. No obstante, “lo de ir a Master Chef”, explica junto a su madre, “igual nos lo pensamos y les enseñamos a todos a hacer torreznos”.

Con tan solo 6 años. Un chef en toda regla. Conoce Soria, sabe lo que es el torrezno y lo cocina. Tiene las cosas muy claras, pues el secreto es hacerlo “con mucho cariño”, explica. Al fin y al cabo, no deja de ser un niño, al que sus amigos, como relata, no le dicen nada, “pero la gente mayor sí”. No le gusta el fútbol. Tiene una gran relación con el mundo animal, no solo desde el punto de vista culinario, sino también con los pies en la tierra, concretamente en el monte. Su familia regenta un bar, junto a su padre va a cazar y él aporta el broche de oro final. ¿Os cuento un secreto? Se le da fenomenal.