Al filo del abismo

Están corriendo tiempo difíciles. Y no lo digo sólo por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Estamos inmersos en una situación económica en la que la inflación alcanza un 7,4%. Ello supone una disminución del poder adquisitivo de las personas mermando su capacidad de compra y ahorro.

Varios son los factores que conllevan a esta situación: una demanda elevada, el aumento de la oferta monetaria, el aumento de coste de producción o el incremento de los impuestos. Sin duda, los costes de producción del sector primario hacen que los precios estén en alza.

Mientras países como Francia, Italia o Portugal deciden bajar sus impuestos o aplicar subvenciones para paliar los efectos, nuestro gobierno decidía esperar a fin de mes a ver qué pasa, pero parece darse cuenta de la grave situación y empiezan a mover ficha… Tenemos al enfermo muy malito pero esperaremos que llegue a la uci a ver pasa...

Huelga de transporte, movilidad del mundo rural, barcos amarrados en los puertos, la reforma laboral, 20.319 millones de euros para el plan estratégico de igualdad, el bono cultural de 400€ para los de 18 años… Me atrevo a decir que el descontento social que estamos viviendo es general, no entiende de color político. Tenemos al peor gobierno posible en el peor momento posible. Pero la culpa es de la guerra…

Necesitamos un gobierno que aporte soluciones y adopte medidas inmediatas a los problemas reales que tenemos las personas reales, y no a un presidente de gira por Europa sin conseguir el apoyo de los grandes países a su plan sobre los precios energéticos.

Y el Sahara Occidental, sigue siendo una decisión del presidente pero sin dar explicaciones el presidente.

Como dijera Peter Drucker: “gestión es hacer las cosas correctamente, liderazgo es hacer las cosas correctas”. Amigo Pedro Sánchez, ni una ni otra.