La actividad se ha reducido de 20 movimientos al día a tan solo 5. Desde el aeródromo se apunta a una 'mano negra', a un alto cargo provincial, "que vive en Tardesillas". José Antonio de Miguel afirma que "nos advirtió asegurando que tenía amigos en AESA y ahora, casualmente, las licencias que dependen de ese organismo se están dilatando". Juan Cabañero pone nombre y apellido: Miguel Latorre. El subdelegado del Gobierno se defiende: "Las acusaciones, mejor en el juzgado".
Las noticias que llegan desde el aeródromo de Garray no pueden ser más desesperanzadoras. Las quejas de los vecinos de Tardesillas (localidad perteneciente al municipio garreño) han causado el efecto deseado y Airpull, empresa que gestiona las instalaciones, ha decidido llevarse la Escuela Internacional de Vuelo Acrobático a otro de sus aeródromos.
De esta forma, Garray se despide de 30 de los mejores pilotos del mundo. Alumnos de "gran poder adquisitivo" que llenaban de vida y daban un impulso decisivo a la economía a todo el alfoz de Soria.
Juan Cabañero, consejero delegado de Airpull, asegura que no le ha quedado otra opción. Las reuniones, mediciones de ruidos y las modificaciones de horarios de vuelos para "molestar lo menos posible a los vecinos" han sido "en balde". Cabañero expresa que su actividad es "completamente legal, pero reconoce que se está planteando "si merece o no la pena seguir invirtiendo en Garray" porque "solo con los planeadores no se puede mantener un aeropuerto".
Por todo ello, Airpull pide a la Diputación que "solicite una reunión de alto nivel y apueste decididamente por un proyecto que, aunque moleste a algún señor, puede crear mucha riqueza en la provincia".
José Antonio de Miguel, diputado coordinador del Aeroparque Tecnológico Industrial, lamenta la "gran oportunidad que ha perdido el aeródromo" con la marcha de la escuela de vuelo acrobático. Otro tren que se va y que se une al adiós (por el momento temporal) de la escuela de pilotos Flyby. Ahora la actividad aeronáutica se ha reducido de unos 20 movimientos al día, a tan solo cinco.
Para de Miguel, el vuelo acrobático era el complemento perfecto a los vuelos a vela hasta que "lleguen las licencias de AESA que nos permitan ampliar la pista de aterrizaje y acoger proyectos a mayores como el que nos planteaba Blue Aerospace". Una ampliación que "se va a retrasar más de lo previsto" y que está provocando que varios proyectos que se habían fijado en Soria, ya hayan descartado la opción por falta de garantías.
De Miguel refiere que, por el momento, "no nos queda otra que la resignación", aunque apunta que "la Diputación, como responsable del aeródromo de Garray, continúa con pequeñas obras para adaptar las instalaciones a la normativa".
Desde hace tiempo son muchos los que apuntan a un alto cargo de la política provincial como responsable de todo "el ruido" que se está levantando alrededor del aeródromo de Garray. Ahora las voces respecto a sus movimientos comienzan a elevarse. Juan Cabañero señala directamente al subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, como "el líder" del movimiento vecinal que está poniendo en peligro la actividad comercial en las instalaciones garreñas.
Además, va un paso más allá, pues refiere que "las visitas de la Guardia Civil son constantes", por lo que deja entrever que Latorre no solo estaría actuando a título personal y como vecino de Tardesillas, tal y como él mismo justificó hace más o menos un año.
José Antonio de Miguel prefiere no dar nombres porque asegura no buscar "enfrentamientos ni enemigos que dilaten un proyecto que debe seguir siendo ilusionante". No obstante, puntualiza que "este alto cargo nos advirtió hace tiempo de que tenía amigos en AESA y, casualmente, llevamos meses esperando la licencia ambiental y todo son pegas".
El coordinador del ATI insiste en que "las empresas invierten donde les dan más facilidades" y anima a los políticos sorianos a dejar de lado la hipocresía y "posicionarse claramente en favor o en contra del desarrollo".
Por su parte, Benito Serrano prefiere no dar ningún nombre "ni entrar en polémicas", aunque no desmiente ninguna de las informaciones anteriores. El presidente de la Diputación asegura que "he venido a trabajar y quiero pensar en positivo y pensar que los que dicen que apoyan este proyecto, lo apoyan de verdad". Concluye Serrano expresando que el del aeródromo de Garray es "un proyecto de provincia y no de partido, y el movimiento se demuestra andando".
El subdelegado del Gobierno ha atendido a Soria Noticias para trasladar su versión de todo lo anterior. Refiere que su implicación en este asunto es "completamente privada". Aclara que no se ha reunido con Juan Cabañero "en la vida" y que acudió "como vecino de Tardesillas y ejerciendo mi derecho de ciudadano libre" a una reunión informativa que se convocó "por bando del Ayuntamiento de Garray".
Latorre reconoce que a esta reunión acudieron vecinos "enfadados por una actividad en concreto, la del vuelo acrobático, que genera molestias y es desesperante", pero puntualiza que "nadie ha cuestionado el aeroparque ni está en contra del proyecto al completo".
Sobre las visitas de la Guardia Civil al aeródromo, el subdelegado se muestra contundente: "Los agentes acuden porque hay vecinos que denuncian una actividad contaminante al Seprona". Se defiende expresando que "yo sé separar perfectamente entre lo público y lo privado y cuando este tema se ha tratado con altos mandos siempre me he desvinculado".
Por último, Latorre niega tajantemente que haya advertido a nadie sobre sus vínculos con AESA. "En una reunión pública me puse a disposición del proyecto por si se requería que hablase con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, organismo dependiente del Gobierno de España, para facilitar el procedimiento", refiere.
El subdelegado mantiene la oferta, pero concluye asegurando que "no sé en qué punto está la tramitación porque nadie se ha puesto en contacto conmigo nunca".