Triskel Numantia, un hobby convertido en pasión

Uno de los fenómenos que durante los últimos años está invadiendo las casas de numerosas personas es el Warhammer. Este juego de rol, creado hace 30 años por una empresa inglesa, se ha convertido en una religión para millones de personas en todo el mundo, que admiran este tipo de miniaturas.

Soria no es ajena a este fenómeno y, desde hace dos meses, cuenta con la Asociación Triskel Numantia. Fue creada por cinco miembros, entre los que figuran su secretario, Francisco Barranco, su tesorero, Agustín Llorente, y sus vocales Alfonso Niarra y David Palacios, con el objetivo de que la comunidad de jugadores sea cada vez más numerosa.

Juego

En ese reto de expandirse, los miembros de esta Asociación ven muy importante explicar en qué consiste el juego. En este sentido, Barranco indica la magia del Warhammer: “Es un juego de estrategia en el que se recrea una batalla fantástica con orcos, elfos, demonios… En ella, participan dos ejércitos con 4.500 puntos. Para nosotros es como una guerra del Señor de los Anillos”.

Estos ejércitos están compuestos por una serie de miniaturas, elegidas por cada jugador, y que tienen una puntuación determinada, que está sujeta a unos libros en los que aparece cómo se ataca, sus características o el valor en puntos que tiene cada una.

Otra de las variantes que destacan los cuatro jugadores presentes es el azar de los dados. Dependiendo del número que aparece, los ataques pueden afectar de una manera u otra e, incluso, “si no tienes un buen día, puedes perder la partida por tus tiradas”, indica Palacios. Por su parte, Barranco manifiesta que “con una estrategia buena, las tiradas pueden ser menos influyentes”.

En este sentido, todos los jugadores inciden en que cada partida “es totalmente diferente, porque usas figuras distintas y el azar de los dados nunca es el mismo”.

Coleccionismo

Además de las batallas, otro atractivo que señalan los integrantes de Triskel Numantia es el proceso de elaboración de estas miniaturas. Vienen desmontadas, y los propios jugadores son los encargados de construirlas y pintarlas en un trabajo de puros coleccionistas.

“Es un hobby y no hay prisa. Lo más atractivo es que lo haces tú con tus manos, y te sientes muy orgulloso cuando juegas con unas miniaturas creadas por ti mismo”, afirma Barranco.

Esta afición que sienten por el coleccionismo ha provocado que, actualmente, la Asociación cuente con más de 1.000 piezas, sin contar lo que atesora cada uno en su casa: “Tenemos ejércitos de enanos con 600 miniaturas, otro de figuras más grandes con 200, varían mucho en función de su tamaño”, apuntan.

En este afán de recabar miniaturas, los integrantes explican que “no son baratas, ya que su precio puede oscilar de los 20 euros a los 80”. Sobre esta circunstancia, todos añaden que “lo ideal es ir poco a poco, porque tienes que montarlas, pero si alguien quiere un ejército de golpe sí que es muy caro”.

Origen

Desde que los participantes de Triskel Numantia obtuvieron su primera miniatura ya han pasado más de 20 años. “Éramos adolescentes y le regalaron una a un amigo. Nos gustó y empezamos a pintarla. Desde entonces, hemos estado 25 años jugando al Warhammer”, informan Barranco y Niarra.

Permanecer unidos durante tanto tiempo a un hobby de este tipo no es fácil, a no ser que esa afición se convierta en una pasión. Estos amantes del juego sorianos indican que la constante renovación, con numerosas ediciones, “nos permite seguir enganchados a él como el primer día”.

Tras tantos años fieles al Warhammer, todos ellos se consideran orgullosamente unos frikis. “Mi padre con 16 años lo entendía, con 20 no, y ahora ha comprendido que es para todas las edades”, “mi novia no sabe ni como se llaman”, o “al final es algo sano, conoces a gente y sales de casa”, son algunos de los comentarios de estos jugadores.

Asociación

Esa afición la han conseguido conjugar, hace apenas dos meses, en la Asociación Triskel Numantia, después de dos años de problemas administrativos con la Junta para poder sacarla adelante.

Con esta nueva entidad, los cuatro jugadores tienen el reto de seguir atrayendo a gente a la ‘comunidad’, y de conseguir un local más grande. Para lograrlo, algunas de sus primeras ideas están relacionadas con realizar jornadas de iniciación al juego en Soria, y de solicitar al Ayuntamiento, para ello, un local. En estos momentos, tienen alquilado uno en el que apenas caben cuatro personas (la Asociación ya la forman más de diez socios).

“Queremos que nos ayude el Consistorio. Ya hemos tenido una primera reunión y, por ahora, no se han negado, pero tampoco han dicho que sí. No queremos que nuestros socios tengan que pagar 50 euros al mes, para poder pagar el alquiler de un local”, indican.

Por último, dentro de sus objetivos, está el albergar en Soria, para San Saturio, un clasificatorio para la final de la Liga Nacional que atraería a más de 100 personas. Para ello, todavía queda mucho trabajo, aunque los integrantes de Triskel Numantia no se ponen límites, después de conseguir que su hobby se haya convertido en una pasión muy conocida por los sorianos.