La trufa o el queso son alguno de los ingredientes que dan a esta receta un toque único.
El paso del tiempo ha convertido a la cafetería del Hotel Alfonso VIII en una parada obligatoria para los amantes gastronómicos de Soria: “Significa un apoyo muy importante dentro del negocio. Es cierto que el hotel siempre será un hotel, pero hemos logrado que nuestra cafetería sea diferente a las demás, con mucho trabajo a lo largo de los años”, indica el responsable de marketing del Alfonso VIII, Ángel Mayor.
Dentro de su evolución, el equipo de cocina no para de innovar para dar el mejor servicio a sus clientes. Para ello, en los últimos meses, han sacado a la luz nuevas tapas como perritos calientes, fajitas o hamburguesas de pollo, “para ofrecer comida de primera calidad y más informal para todos los sorianos y visitantes”.
Con todo ello, los responsables de esta cafetería tienen el reto de seguir evolucionando, para lograr que su clientela “siga igual de contenta, a través de un servicio muy cercano de todos los trabajadores que formamos parte de esta familia”. Dentro de esa misión, una de las tapas que más atrae a los comensales es la careta de cerdo.
Una vez tenemos el delantal puesto, debemos tener preparados los siguientes ingredientes: 50 gramos de careta, 20 gramos de patata, 20 gramos de queso, tres gramos de trufa, sal, pimienta y tomate.
Con estos elementos en la encimera, el primer paso consiste en cocer la careta de cerdo adobada, para que esté tierna. Posteriormente, será el momento de triturarla. Con la careta triturada, será necesario juntarla con la patata cocida, el queso philadelphia, la trufa, el aceite trufado, la sal y la pimienta. Por último, toda esta mezcla tiene que ser empanada con harina, pan y huevo.
Para presentar la tapa como se merece, se coloca una salsa de tomate picante debajo del croquetón, con el objetivo de que los sabores trasladen a los clientes a diferentes universos del sabor.