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Ángela García, ganadora de 'Desafío Universidad-Empresa: "Hay que tener pasión y creer de verdad en ello"

Ángela García, ganadora de 'Desafío Universidad-Empresa: "Hay que tener pasión y creer de verdad en ello"

Actualizado 21/06/2022 20:56

La investigadora soriana Ángela García se hizo con el primer premio en el concurso ‘Desafío Universidad-Empresa’ con un proyecto sobre el aprovechamiento de las semillas de zarzamora, que desarrolló junto a un equipo de distintas universidades de la Comunidad. Ahora, cree que este triunfo puede abrirle muchas puertas.

Poder generar valor añadido a partir de un subproducto alimentario creando riqueza y dinamizando la economía circular. Esa ha sido la idea que le ha valido a la investigadora soriana Ángela García el primer premio del concurso ‘Desafío Universidad-Empresa’. Organizado por la Consejería de Educación a través de la Fundación Universidades y Enseñanzas Superiores de Castilla y León, este certamen busca hacer confluir a empresas con interés en desarrollar proyectos de I+D+i, que presentan demandas concretas, con investigadores universitarios que les ofrecen soluciones.

A esta joven soriana le llamó la atención una de ellas, centrada en el aprovechamiento de semillas de zarzamora y acabó proponiendo el empleo de una tecnología de extracción con fluidos supercríticos que no deja residuos en el alimento. Esto permite no desechar ninguna parte de la semilla, obteniendo dos resultados distintos del mismo producto. “Nos gustó el proyecto porque utiliza un subproducto de la industria, un residuo, así que por poco que obtengas, siempre vas a generar valor añadido”, asegura la investigadora, orgullosa. Pero esto no queda ahí, ya que García cree que este descubrimiento puede incluso trascender más allá del desarrollo alimentario y aplicarse en áreas como la farmacéutica o la cosmética.

Aunque ella era la líder del proyecto, siempre habla en plural porque dice deberle gran parte de este éxito a las investigadoras de la UBU y la UVA que han integrado su equipo y que han aportado también la tecnología necesaria para que su idea se convirtiera en una realidad. “El hecho de plantear esa propuesta con las 3 universidades, que no suele ser algo habitual, hizo que cogiera mucha fuerza y creo que ha tenido bastante que ver en que hayamos ganado”, comenta. García agradece también el apoyo de la Universidad Católica de Ávila, sede de su grupo de investigación AISA (Abordaje Integral de la Salud). "La universidad te da un empujón y mucho ánimo para conseguir grandes logros y hacerte un hueco".

Aunque ahora todo es satisfaccióny recompensas, esta soriana avisa de que la investigación es un trabajo muy sacrificado, ya que son muchos los momentos en los que las horas parecen interminables, los horarios inexistentes y las cosas no terminan de salir. "Hay cambios sobre la marcha, sacrificios, épocas malas... hay que tener pasión y creer de verdad en ello", declara. Por eso cree que el premio ha sido tan especial, porque ha supuesto un pequeño reconocimiento a su carrera que le ha hecho sentir que todo ha merecido la pena.

Nuevos caminos

Esta joven investigadora recuerda con mucha ilusión y orgullo el momento en el que conoció la noticia de la victoria y cree que de cara al futuro este reconocimiento a su carrera puede abrirle muchas puertas y permitirle embarcarse en proyectos más ambociosos. Además, de este premio en concreto destaca la satisfacción de ver su trabajo convertido en realidad. “A veces investigas sin llegar a nadie pero cuando vas de la mano con una empresa es mucho más probable que todo salga adelante y que vaya bien. Lo que haces como investigadora se puede aplicar directamente y ves que el tiempo que has invertido tiene una salida práctica”, reconoce. Y aunque cada vez parece tener más visibilidad, García lamenta lo poco que se valora en general la investigación en España y lo difícil que es dedicarse a ello en su totalidad, a pesar de considerar que es lo que de verdad aporta valor a las Universidades.

Aunque no se arrepiente de haber salido de Soria para seguir sus sueños y cree que le ha ayudado mucho a abrir su mente, aprender a avanzar sola y conocer ambientes distintos, le da pena que su querida ciudad no ofrezca más caminos para dedicarse a la investigación. “En Soria los grados son los que hay, la uni es pequeña y el Centro de Investigación de la Calidad de los Alimentos está prácticamente muerto”, lamenta, confiando en que en un futuro la investigación tenga más cabida en la provincia. Aun así, no se desanima y cree que "siempre hay tiempo para volver". Está segura de que igual que ella hay otros tantos que también quieren regresar a casa. "Hay que intentarlo y muchas veces no es el momento adecuado pero no hay que dejar de luchar por ello", comenta, esperanzada.

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