Una muralla para abrir Soria

A finales de año, la muralla de Soria brillará como no lo hacía desde siglos atrás. Lo hará gracias a la iluminación ornamental que se está instalando, pero, sobre todo, gracias al proyecto de consolidación y recuperación impulsado por el Ayuntamiento de Soria.

Con una fuerte inversión económica, y el apoyo financiero tanto de los fondos comunitarios como del 1,5% cultural del Gobierno de España, Soria se ha puesto como objetivo recuperar un elemento simbólico, de alto valor histórico, cultural y turístico, que redefinirá la panorámica de la ciudad a su entrada por Zaragoza.

La recuperación de la muralla se enmarca en el ambicioso, y cada día más consolidado y amplio, proyecto para convertir las márgenes del Duero en un rincón de esparcimiento, deporte, cultura y ocio disfrutable durante todo el año, por los turistas y por los propios vecinos de la capital.

Plan director

Soria cuenta con un plan director para recuperar su muralla. Un proyecto “ambicioso y realista”, en palabras de Carlos Martínez, que abarca toda una década de actuaciones y una inversión global que superará los 11M€. Unas intervenciones, cuyos primeros resultados ya son visibles en la fachada este de la ciudad, desde muchos puntos, con la recuperación de un imponente paño de muralla. Fernando Cobos, arquitecto responsable del equipo redactor, destaca que abarca aspectos como la arquitectura y la historia, pero también otros como el urbanismo y el paisajístico.

El plan se encuentra ahora en la transición del primer sector hacia el segundo y el tercero. El primero va desde el puente de piedra hacia El Mirón. Allí se ha desenterrado un paño de 2 kilómetros de su histórica muralla medieval, que no solo realza las laderas sorianas, sino que también se puede observar desde dentro. La muralla data de finales del siglo XIII y principios del XIV, y en algunos tramos se han excavado 4 metros de sedimentos. Se calcula que la muralla aun baja otro metro y medio hasta llegar al piso original, pero la subida del río y la sedimentación hacen imposible su recuperación. La actuación ha venido acompañada de una nueva rampa de acceso a los márgenes del Duero, y de la adecuación de estos en paralelo a la muralla. Pero los trabajos continúan. Está previsto que a finales de año se ponga en marcha la iluminación ornamental (casi 300.000€ adjudicados a una empresa local, para instalar 160 luminarias led), y el Consistorio avanza en la recuperación del entorno con la compra del convento de San Agustín. “Nos permitirá que el interior de la muralla sea más transitable, queremos rehabilitarlo con fondos europeos, y una de las posibilidades es crear para el barrio de San Pedro un espacio de reuniones que pueda tener más usos”, explicaba el alcalde.

Nueva fase

Tras una inversión de 1,3M€, la fase 1 luce ya terminada, y los esfuerzos se centran ahora en la 2 y la 3, que afectan principalmente al Castillo. Ahí, el castro medieval se unió con la muralla con dos ramales, uno norte hacia el cementerio, y otro sur que albergaba la judería.

El objetivo es desescombrar tanto el interior como el exterior de la muralla, y la excavación de los paños actualmente tapados. Una actuación complicada, que conllevará también el movimiento de vegetación, puesto que las actividades humanas han dañado hasta su práctica desaparición muchos tramos de la muralla. La consolidación y la reconstrucción, cuando la primera no sea posible, devolverá al Castillo un aspecto medieval, y coronará una ladera muy diferente a la actual.

Más que muralla

Las actuaciones del Ayuntamiento junto al río no solo se enfocan en la muralla. Tras una considerable recuperación del patrimonio (San Ginés, fuente de la paciencia, lavadero de lanas…) llegó el momento de las dotaciones deportivas (canchas balonmano y fútbol playa, embarcadero o la renovación de las pasarelas), y ahora es el turno de la cultura.

Recientemente, se ha instalado una figura de Gustavo Adolfo Bécquer y un cementerio templario. Y es que el río es, cada vez más, el hogar de eventos. Seguramente, el más reconocible sea el Festival de las Ánimas, que busca su declaración como fiesta de interés turístico regional, sin olvidar el Enclave de Agua. Junto a ellos, descensos, carreras y conciertos abren Soria a su río y su muralla. El último en ‘bajar’ al río, el simposium de escultura. Pueden apostar a que no será el último.