Alegría, nervios o llantos, han sido alguno de los sentimientos que han experimentado los equipos sorianos en este final de temporada. Con esta carta de presentación, analizamos el ascenso del Numancia, el play off del Almazán y el descenso del BM Soria durante mayo.
El mes de mayo supuso una auténtica montaña rusa para tres de los principales equipos de la provincia. En esa tesitura, el Numancia consiguió el ascenso por la vía rápida, el Almazán vio como se le escapaba en su casa el sueño de la Segunda RFEF, mientras que el BM Soria certificó su descenso de categoría.
El Numancia ha sido el encargado de dar la alegría deportiva a la provincia. Después de dos descensos consecutivos, pasando de Segunda División a la cuarta categoría del fútbol español, los rojillos han dado el primer paso para regresar al mundo profesional, ascendiendo a Primera RFEF.
El trayecto para conseguirlo no ha sido nada fácil. La entidad soriana comenzó la temporada realizando una auténtica renovación en todos sus estamentos, encargando la parcela deportiva al director deportivo, Rubén Andrés, y al entrenador, Diego Martínez, y realizando una revolución en la plantilla, manteniendo a tan solo tres miembros de la campaña anterior: Borja San Emeterio, Cotán y Tamayo.
De esa manera, y tras una pretemporada esperanzadora, con numerosas victorias y un Allyson en estado de gracia, los rojillos arrancaron la liga con numerosos problemas a domicilio. A pesar de ese hándicap, los numantinos se hicieron fuertes en Los Pajaritos para mantenerse en todo momento en la zona alta de la tabla. Una vez completada la primera vuelta, el mercado invernal supuso un empujón definitivo al proyecto, con la llegada de nombres como Lupu, Carrillo o Fernando Román.
Los resultados no tardaron en llegar con ellos, aunque el aplazamiento del encuentro frente al Lleida, choque de la discordia que terminó por disputarse en mayo, supuso un frenazo en seco. Una serie de malos resultados, con tres empates consecutivos, volvieron a sembrar las dudas en la parroquia soriana, pero el trabajo del cuerpo técnico dio sus frutos en un final espectacular.
Seis victorias consecutivas dieron al Numancia un ascenso que se culminó en el partido frente al Ebro. Los goles de Carrillo y Lupu hicieron estallar a una afición que abarrotó Los Pajaritos, en una mañana que será muy difícil de olvidar. El resto de ese día, con celebración incluida en la plaza de Herradores, puso el colofón a un año que ha servido para que el Numancia esté más cerca del lugar que nunca tuvo que abandonar.
Tras la consecución del objetivo, la dirección deportiva ya trabaja en una plantilla que tendrá entre ceja y ceja regresar a Segunda. Para ello, los primeros pasos ya se están dando con el anuncio de ocho bajas, dos jugadores transferibles, la continuidad de once piezas claves, dos renovaciones y el fichaje de Rubén Mesa.
El fútbol muchas veces es cruel cuando menos te lo esperas. La S.D. Almazán pudo vivir esa sensación en sus propias carnes, después de una temporada de matrícula de honor. Los de Diego Rojas finalizaron la fase regular en segunda posición con 64 puntos, permaneciendo imbatidos en La Arboleda a lo largo de todos sus choques ligueros, teniendo que retroceder hasta febrero de 2021 para ver su última derrota delante de su afición.
Con esa carta de presentación, los adnamantinos lograron ser sede del play off de ascenso a Segunda RFEF, un hecho histórico para la Villa, después de una dura puja con el ‘Adolfo Suárez’ de Ávila. Con una afición entusiasmada y un equipo superenchufado, los miembros del club no pararon de trabajar hasta dejar un estadio prácticamente nuevo con capacidad para 2.500 personas, gracias a unas gradas supletorias.
Con todo preparado, los resultados de la última jornada depararon que la S.D. Almazán se enfrentaría al Tordesillas en las semifinales. Con La Arboleda hasta la bandera, los vallisoletanos despertaron de su sueño al combinado de Diego Rojas, derrotándole por 0-1, con un gol de Torres nada más comenzar el partido. No obstante, los blanquiazules no se rindieron, y lo intentaron hasta el último minuto y de todas las maneras posibles, empujados por sus fieles seguidores.
Las lágrimas en los rostros de jugadores, cuerpo técnico y afición fueron la tónica dominante de una tarde que debe servir para seguir creciendo. Ese día, se perdió una batalla, pero no la guerra. El germen de ese play off puede ser el primer paso para conseguir el ansiado ascenso a Segunda RFEF en próximas campañas.
El Balonmano Soria ha podido vivir, en primera persona, la sensación más amarga del mundo del deporte con un descenso. Después de varias jornadas luchando por salir del pozo, los de Lluelles certificaron su caída a Primera Nacional con la derrota ante el Alarcos Ciudad Real.
A pesar de ello, la temporada ha contado con numerosas notas positivas, en el estreno del conjunto amarillo en División de Honor Plata. Una primera vuelta espectacular, mirando siempre a los puestos altos y derrotando a equipos de la talla de Guadalajara o Alcobendas, o el partido de Copa del Rey frente al BM Nava, serán momentos que nunca podrán olvidar en el club soriano.
Tras ese inicio de ensueño, en el que los sorianos se quitaron el calificativo de la ‘cenicienta’ del grupo, las cosas empezaron a cambiar con el nuevo año. Varios partidos que se decantaron para el lado contrario en los últimos minutos, enviaron al BM Soria al pelotón para pelear por la permanencia. Los primeros encuentros de esa nueva fase ante Cajasur y Sant Quirze complicaron todavía más la existencia a los del San Andrés, aunque tres victorias consecutivas los volvieron a enganchar a la pelea. La afición, que ha llevado en volandas a los suyos todo el año, volvió a creer, pero otra mala dinámica de resultados acabó por condenar a la escuadra soriana a Primera Nacional.