No rendirse

Me gustaría dedicar estas líneas a esas personas que no saben rendirse. Que a pesar de las adversidades, se ponen de pie una y otra vez para seguir adelante, y que el paso atrás solo es para tomar impulso.

Esta opción, la de no rendirse, la encontramos en muchos momentos de la vida: cuando hay que enfrentarse a la enfermedad, a una mala situación económica o laboral, o cuando se lucha para conseguir algo que es bueno para la sociedad en la que se convive.

Todas esas personas se merecen un aplauso, pero hoy me quedo con el último caso: no rendirse cuando se pelea por algo que es de justicia. Aquí es cuando me acuerdo de gente que ya peina canas y acumula experiencia, ciudadanos que un día decidieron no conformarse dando un golpe sobre la mesa por algo que consideraban justo: el futuro de Soria.

Es de agradecer esa constancia de años por el bien común, altruista, sin esperar nada a cambio. Hay que reconocer su sacrificio y generosidad. Debemos poner en valor la resistencia que han demostrado para no rendirse ante la desidia y falta de compromiso de los que toman las decisiones. Impedimentos que a cualquier otro le habría echado a un lado.

Saben que es posible que el tiempo les impida ver realizadas algunas de las reivindicaciones que llevan años pidiendo. De hecho, hay quien ya se fue. Con todo, no se rinden, aunque a veces hayan tenido ganas de tirar la toalla. No se rinden porque su fin último, el objetivo de su lucha, no es que sean ellos los que se aprovechen del fruto de lo que reclaman, sino los sorianos y las sorianas que vendrán.

Este será su legado, futuro para los sorianos en Soria, y creo que todos deberíamos estarles siempre agradecidos por no rendirse.