Paciencia al límite

Verá, presidente: los ciudadanos estamos hartos de ver cómo sube la luz, las materias primas, los carburantes, las cotizaciones de los autónomos o la inflación. Pero, es que además de todo ello, y en el caso concreto de Soria, estamos cansados de ver cómo el Gobierno se ríe de nosotros con la fiscalidad diferenciada.

Por si no se acuerda, yo le refresco la memoria. Hace más de un año, la Comisión Europea dio el visto bueno para la aplicación de las ayudas al funcionamiento de empresas en zonas despobladas, entre las que se encontraba, Cuenca, Teruel y Soria. Este importante logro se consiguió gracias a las patronales CEOE de estas tres provincias, que crearon el lobby europeo Red SSPA, y que contaron con el apoyo de los respectivos gobiernos autonómicos y diputaciones provinciales, que, por cierto, son de diferentes signos políticos.

Desde entonces, hemos pasado por una etapa inicial de felicidad, por el éxito colectivo alcanzado, que se ha ido convirtiendo en un sentimiento de impaciencia, por la tardanza en la aplicación, y que, a día de hoy, se traduce en un enfado considerable de la sociedad por la variedad de excusas que el Gobierno nos trasmite al respecto.

El problema que subyace de todo ello, y del que ya está siendo consciente la ciudadanía, es que tenemos un presidente mucho más preocupado de su propia supervivencia política y de tener contentos a sus socios independentistas y proetarras, que de solucionar los problemas sobre despoblación de provincias como Soria. Pero lo más hiriente de todo, es comprobar que los propios representantes socialistas en Soria, son incapaces de apoyar firmemente estas reivindicaciones y únicamente lo hacen, muy tímidamente, en época de elecciones.

Presidente, los sorianos no somos tontos y nos acordaremos de esto cuando cojamos la papeleta para votar.