Primera de feria: Puerta grande, y doble, en San Benito

Primera cita en la feria taurina de San Juan con el tradicional festejo de rejones este Miércoles el Pregón en la plaza de toros. Casi lleno en San Benito, con temperatura agradable y mucho ambiente en los tendidos. Toros de Luis Terrón, flojos primero, segundo y cuarto, más encastados tercero y sexto y mejor y mucho más noble el quinto. En el cartel, Rui Fernandes, (palmas y silencio), Diego Ventura (silencio y dos orejas), y Leonardo Hernández (oreja y oreja).

No tenía suerte en su lote Fernandes, que se estrenaba hoy en San Benito. Sus dos enemigos no prestaron mucha colaboración ante las monturas del luso, quien demostraba técnica en sus dos enemigos, y llegando a calar en su segundo. Abriendo plaza, Flor no lució mucho interés por la cosa, dejando a las claras la falta de fuelle, desentendiéndose de la pelea y echándose varias veces sobre el albero. Poco jugo podía exprimirse a Flor al que el portugués portugués lograba pasaportarlo, laborioso y certero con el acero, concluyendo una faena que no caló en exceso en los tendidos.

En su segundo, Fernandes conectó con el respetable frente a Botinero, quizá algo menos malo que el anterior, más correoso según avanzaba la faena sin que se hubiera dolido en primer saludo. Aseado el torero y con algunos destellos lograron el benepláctito del respetable, pero no acertó en la suprema, clavando trasero y contrario. Dejó la montura para tomar la cruceta y al tercer cachetazo conseguía finar al cuatreño.

Diego Ventura recibió a su primero sin apenas asistencia del peonaje, pero mostrando también su estilo de escuela portuguesa y arriesgando hasta el punto de casi ser descabalgado en uno de los encuentros. Bien en cortas, al violín, arrancaba aplausos, más sonoros en la gradería de sol, con mayoría de peñistas. Aún así, Aldanero no se prestó a las intenciones del jinete, quien tras un metisaca y casi con una entera buscó culminar la faena que finalmente cerraba con el descabello en el primer viaje.

Otra cosa fue el segundo, Boticario, toro más serio y moble con el que el torero a caballo se mostró más a gusto, haciendo vibrar los tendidos con faenas de nervio y buena doma en los caballos. Sorprendió al público retirando las riendas a una de sus monturas y conduciéndola solamente agarrado levemente a las crines. En la nobleza del animal, aunque algo apagado ya al final, Ventura cobraba un buen rejonazo postrero, que hizo rodar al toro e inundando de pañuelos los tendidos. Arrastre desorejado para el morlaco.

Leonardo Herández tuvo en Narciso, tercero de la tarde y primero de sus enemigos, mejor suerte para inciar su actuación aunque el toro tampoco consideró que iba con él la lidia. El matador pidó cambio de tercio a lo que la presidencia atendió, debido a la carencia de fuerzas. Aún así la faena fue yendo hacia arriba a fuerza del peculiar nervio del jinete pacense y haciéndose con la afición, que le regaló cada vez más sonoras ovaciones. El acero le cayó al astado un tanto trasero, pero eficaz, lo que hizo cortar el primer apéndice de la tarde.

Muy decidido saltaba el sexto, segundo de Leonardo, cogiendo el diámetro del anillo y yendo directo hacia el rejoneador, sin hacer caso de los percales de recibo en burladeros. Tras ahormar el empuje de Presumidito a fuerza de galopes en tablas, el diestro lanzaba el primer saludo que el toro apenas apreció, manteniéndose más igual en su comportamiento, pero sin excesivo brío. Aún así, Leonardo lograba buenos embroques, sobre todo con los castigos cortos y arriesgando de frente. Finiquitó a su enemigo clavando en buen sitio anque el acero no llegó a enterrarse del todo. Algo que no impidió que el astado rodase con rapidez y que se fuera sin una oreja al desholladero.

Buen inicio de las fiestas en Soria, con una puerta grande por partida doble y con una gran entrada en el coso de San Benito, donde la afición ha disfrutado en esta primera de feria.