El pintor soriano ha llevado al Centro Cultural Gaya Nuño una retrospectiva de los últimos 25 años titulada 'Paisaje Mágico'. La muestra, que reinterpreta motivos propios de su tierra natal, podrá visitarse entre el 16 de julio y el 31 de agosto.
El mundo del pintor José María Herrero invade el Centro Cultural Gaya Nuño. Visitar la exposición 'Paisaje Mágico' es hacer un viaje por el río Dueron en su paso por Soria capital a través de los ojos de este artista que, a pesar de haber pasado gran parte de su vida fuera de esta tierra, nunca ha podido olvidar sus raíces. Organizada por el Ayuntamiento, la muestra se podrá visitar hasta el 31 de agosto.
"Es una retrospectiva de los últimos 25 años donde he intentado coger obras que hablen entre sí. Son unas series que empezaron como 'Pasiones del Agua' en 1995 o otras muy recientes del 2022", ha declarado José María Herrero, destacando su idea de crear un ambiente a través de estas más de cuarenta pinturas y esculturas. Esta selección de su historia como artista exhibe la utilización de distintas técnicas con pinturas fluorescentes, óleos, cerámicas, bronces que conviven entre sí a la perfección.
Los tonos ocre y naranjas pelean con sus opuestos azulados en una conversación que no desprende otra cosa que armonía. "Al final son todo hijos del mismo padre, son todos hermanos, lógicamente se tienen que llevar bien", ha apuntado Jesús Bárez, concejal de Cultura. Bárez ha apuntado que todas cuentan con un elemento icónico de permanente reflexión en el arte del pintor, el Duero, tal y como lo entiende el artista. "Su mirada, su forma de sentir, de vivir el paisaje de Soria y del Río Duero, del que nuestro autor es un apasionado".
"Es un referente de la infancia, de la adolescencia, es un referente cultural, es un referente vital y lo he llevado siempre de una manera reincidente", confirma el artista sobre su pasión por este paraje. La sala de abajo, según Herrero, tiene una intención más naturalista y la segunda, justo por encima de esta de una forma más que alegórica, presenta un mundo más mágico y arcaizante que proviene de series anteriores. "La idea era juntar las dos cosas, las sensaciones más naturales del río, de la vida, de la autobiografía con la autobiografía oculta, que es la de nuestros símbolos, la de nuestro surrealismo arcaizante; ese que toda la vida de alguna forma siempre está presente en lo anterior", ha concluido el pintor.