Vídeo: Las perseidas y la superluna deslumbran la ruta nocturna de Ólvega

La VI edición de ‘Senderismo, Lágrimas de San Lorenzo’ vivió anoche una jornada mágica. Casi medio centenar de personas se animaron a ascender hasta el punto de homenaje al viento en Ólvega. Durante el trayecto, estos amantes de las rutas sorianas pudieron disfrutar de las perseidas, de la superluna y de las vistas de numerosos pueblos.

Desafiando a las altas temperaturas, -el termómetro marcaba 32 grados a la hora de la salida-, todos ellos siguieron a un Antonio Villalda, principal organizador, a lo largo de 4 kilómetros: “Me sorprendió la variedad de participantes. La mayoría eran mujeres y gente muy joven. Es muy importante esa respuesta porque son el futuro de este tipo de iniciativas. El calor no les echó atrás y pudimos disfrutar de una velada en la que al final rondamos los 24 grados”.

En ese sentido, Villalda también ha querido hacer hincapié en la reincidencia de numerosos participantes que año a año no se pierden esta cita. Entre ellos, destaca la presencia de un catedrático que definió esta propuesta como “una de las actividades más bonitas de Ólvega ya que engloba numerosas cosas”. En su caso, este hombre decidió subir incluso una hora antes para ver como la luz iluminaba a los distintos campos.

Otra de las anécdotas que ha querido contar el organizador de esta ruta senderista ha sido la de un pequeño: “En la última edición se quedó dormido y tuvo que bajarse en el coche de apoyo. Ayer, cambió por completo y no se quería bajar de ninguna manera. Tuvimos que convencerle entre todos”.

Momentos emotivos

Con todo ello, los participantes tardaron una hora y media en subir hasta la cima. Una vez allí, todos permanecieron hasta las 12:00h, momento en el que poco a poco fue bajando la gente. A diferencia del resto, Antonio permaneció hasta las 03:00h junto a otras tres personas, disfrutando de una de las noches más mágicas del año.

Continuando con esa jornada tan especial, el organizador quiso nombrar a su heredero a la bajada: “Contemplando el cielo en el collado de la estrella me acordé del creador del museo etnográfico que falleció ayer. En ese instante, me acorde de lo efímera que es la vida y nombre a mi querido compañero, Antonio Gil, “el pucherin jr”, como mi sucesor en esta prueba”.

De esa manera, rodeados de emociones, la ruta senderista nocturna de Ólvega se despide hasta el próximo año con el reto de seguir superándose y de atraer cada vez a más gente.