Ruta de El Pico Frentes: Soria desde las alturas

Los calores veraniegos nos han llevado a elegir el Pico Frentes para la ruta del mes de agosto. A lo largo de un sendero de unos cinco kilómetros, llegaremos a lo alto del Pico, desde donde podremos disfrutar de unas vistas únicas en Soria. Además de este deleite, también presenciaremos, en la parte final del trayecto, una ermita-palacio histórica y un rincón natural singular y mágico.

Este recorrido es aconsejable llevarlo a cabo a primera hora de la mañana, si se hace en los meses primaverales y veraniegos. La sombra de las carrascas y de los robles, acompañada del frescor que ofrece la cascada de La Toba, son buenos argumentos.

Antes de montarnos en el vehículo, es imprescindible preparar una gorra, varias botellas de agua fresca, los palos de andar y protección solar. Con todo ello en el maletero, comenzaremos la excursión, en coche, desde Soria, tomando la N-234 hasta el desvío de Fuentetoba, que queda a la izquierda. Una vez llegado a la localidad, seguiremos por la vía que nos dirige hacia la urbanización, aparcando en una zona habilitada frente a la cascada.

Túnel Natural

A través de un sendero, situado a nuestra izquierda, arrancaremos la ruta a pie. Durante los primeros metros, estaremos rodeados por carrascas y robles, para fortuna nuestra. En ese tramo pasaremos bordeando un campo de trigo. Tras estos primeros pasos, presenciaremos una fuente romana, que en estos momentos se encuentra sin agua. Posteriormente, iniciaremos una subida rocosa de unos 500 metros que nos dejará en la sierra La Llana.

Este paraje, en el que confluyen tres caminos que dirigen a Villaciervos, Ocenilla y Fuentetoba, recuerda a alguna de las escenas de ‘El Señor de los Anillos’, en las que Sam y Frodo caminan con palos por colinas entre diversos matorrales.

Después de este símil cinematográfico, seguimos subiendo para pisar el Alto de la Celada. En ese instante, contemplaremos unas vistas increíbles, sintiéndonos que estamos en lo más alto del mundo, tras haber andado 3,8 kilómetros. Desde ahí, de derecha a izquierda, observaremos los pueblos de Toledillo, Pedrajas, Ocenilla, Cidones, Herreros, Abejar y el embalse de la Cuerda del Pozo. Junto a estos, también apreciaremos El Royo, Hinojosa de la Sierra, Santervás de la Sierra, Dombellas y Canredondo.

Echando una última vista atrás, es hora de continuar para llegar a lo alto del Pico, eso sí, con mucho cuidado. En este sprint final, comienza un terreno rocoso e incómodo, con el que hay que tener mucha precaución para evitar posibles torceduras de tobillos.

En el transcurso de este tramo, que nos costará unos 20 minutos, bordearemos el perfil cortado y el barranco. Con este pretexto, poco a poco, iremos dilucidando a los lejos nuestro objetivo principal: el vértice geodésico del Pico Frentes, a unos 1.380 metros de altura. Desde este santo y seña de todos los sorianos, podremos hacer una radiografía completa de gran parte del territorio provincial, ya que se ve Urbión, las sierras de Cebollera y Oncala. Por delante de estas, Pajarejos, La Carcaña, La Calvilla, el cerro de San Juan, las llanuras del campo de Buitrago, las sierras del Almuerzo y del Moncayo. Si bajamos la vista, también podremos ver Soria, el cerro de Santa Ana, Golmayo y el polígono de Navalcaballo.

Mientras reflexionamos sobre lo que estamos contemplando, nuestros guías de cabecera, Ángel Campos y Manuel Ciria, nos cuentan una peculiaridad que -se dice- contiene en su interior este pico. “Parece que la sierra de Cabrejas alberga una enorme balsa de agua. De esa manera, cuando se producen inviernos lluviosos, el acuífero sube, saliendo el agua por cuatro partes diferentes. Al este, por la cascada de Fuentetoba; al oeste, por el chorrón de Cabrejas; al norte, por la fuente de la Mora; y al sur, por el río Mazos”.

Una vez finalizada esta clase de geología popular, iniciaremos una bajada pronunciada de dos kilómetros por la cara sur del monte. Los palos de andar serán fundamentales para sujetarnos en un terreno rocoso. En esta parte de la ruta, recomendamos caminar entre el tomillo y las aliagas, para evitar la piedra suelta, con las que nos podemos tropezar.

Después de haber completado el descenso, nos encontraremos delante de una joya arquitectónica de la provincia, lo que fue el monasterio de la Monjía, del siglo XI, que conserva una sencilla portada románica, y que luego se transformó en palacio. Este Bien de Interés Cultural (BIC), que se encuentra muy abandonado y deteriorado, nos recibe en la parte meridional del Pico Frentes, muy cerca de la que será nuestra siguiente parada: el río Golmayo.

Cascada La Toba

Para llegar a él, recorreremos un sendero descendente que lleva al cauce. Estamos ya a los pies de la cascada de ‘La Toba’. Este salto de agua, que cuenta con una altura aproximada de 20 metros, se convierte en un descanso obligado en el camino. Ahí, rodeados de vegetación, nuestra piel sentirá un frescor muy agradable, procedente del agua que cae desde lo alto. Con ello, esta cascada supone el colofón al trayecto que hemos completado. En las semanas más secas del verano, el salto puede estar sin agua. Al montarnos en el coche, de vuelta a Soria, recordamos la espectacularidad de los paisajes que hemos presenciado en directo.

Como sabéis, si queréis conocer más propuestas, tan solo tenéis que acceder a la sección Rutas de la web de Soria Noticias, o a través del código QR que aparece a la derecha de la página del periódico dedicada a este asunto. Más de 100 aventuras te esperan para que puedas realizarlas con nuestros consejos.

Además, la web Soria ni te la imaginas, de la Diputación, te muestra otros rincones de la geografía soriana. De esta manera, nos despedimos de la ruta del Pico Frentes, que nos ha permitido conocer un espacio con mucho interés geológico e histórico, a tan solo 10 kilómetros de la capital soriana.