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Otro "caótico" verano sin agua, esperando la Presa del Río Mayor

Otro "caótico" verano sin agua, esperando la Presa del Río Mayor

Actualizado 21/08/2022 19:02

Esta obra, que debe abastecer de agua de boca varias localidades de Tierras Altas, lleva paralizada desde finales de 2018. La escasez de este bien pone en jaque el bienestar de los vecinos y el desarrollo industrial y productivo de la zona.

Más de veinte años llevan esperando los vecinos de San Pedro Manrique la Presa del Río Mayor. Una reivindicación histórica que parecía estar convirtiéndose en realidad y que se truncó de repente. Cuatro años lleva ya en el aire un proyecto imprescindible para el bienestar de los vecinos y el desarrollo industrial y productivo de la zona, ligada a la agroalimentación.

Fue en julio de 2017 cuando la obra fue adjudicada por 3,7 millones de euros, con una baja de casi el 40%. El plazo de ejecución se fijó en los 18 meses y parecía que todo avanzaba a buen ritmo. Para finales del verano de 2018, la Presa ya contaba con la canalización del desvío del río y la presa situada aguas arriba que permitía evacuar el caudal del río hacia esta canalización, excavaciones en los estribos y la zona central de la presa, etc, obras que ascendían hasta el millón de euros. Pero tras fijar la cimentación se produjo en noviembre de ese mismo año la paralización de la obra. A día de hoy, todavía no se ha reanudado.

Otro verano sin agua

Durante los meses de verano, esta presa se echa más en falta que nunca. De hecho, fue una de las razones por las que se consideró tan necesaria. La disminución de las lluvias y el aumento de la población en las localidades a las que debería proveer durante el periodo estival hace que las reservas no den a basto. “La obra ni continúa ni se ejecuta y estamos sufriendo año tras año problemas de abastecimiento”, asegura Julián Martínez, alcalde de San Pedro Manrique.

Los vecinos y propietarios de explotaciones buscan soluciones para combatir esta escasez, aunque no siempre son las más seguras. “San Pedro no es un pueblo que se pueda abastecer con cisternas porque sería mucha carga de camiones. La opción que tienen los vecinos también es elevar agua del río, pero siempre hay riesgo de que contenga bacterias. La gente no debería usarla más que para cocinar o poner lavadoras, no para beber”, avisa el edil.

La indignación de vecinos y Ayuntamiento sigue aumentando, al ver cómo la solución definitiva a la escasez de un recurso tan fundamental como el agua sigue paralizada por problemas en un proyecto de dimensiones relativamente modestas, de apenas 24 metros de altura y 0'6 hectómetros cúbicos de capacidad. “La problemática de agua existe y nadie rescinde contrato ni hace nada en favor de que la obra siga adelante”, apunta Martínez.

Reivindican, por ello, que la obra se reanude y siga adelante, para tratar de solventar los problemas a los que se enfrentan año tras año, verano tras verano. Mientras tanto, tendrán que seguir "apañándoselas", como hasta ahora. “El año se presenta caótico, ya que tanto el abastecimiento público como las explotaciones ganaderas hay sitios en los que ya no tienen agua para los animales, queremos ver de qué manera podemos servirles como se pueda y compartir el agua, alguna forma habrá que buscar”, comenta, resignado, el alcalde sampedrano.

4 años bloqueada

Esta obra, enmarcada en el Programa de Medidas del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Ebro, se materializó en 1999. El objetivo era mejorar el abastecimiento de San Pedro Manrique y sus pedanías, tales como Palacio de San Pedro, Ventosa de San Pedro, Matasejún y Tanice, además de Montaves y Húerteles, pertenecientes a Villar del Río. El Ayuntamiento de San Pedro firmó un convenio con la Junta de Castilla y León para la distribución de aguas. El estado debería encargarse de la construcción de la presa y la Junta, posteriormente, de la conducción del agua hasta todas las localidades que la precisaban.

La empresa planteó a la Cuenca Hidrográfica del Ebro un modificado por no haberse detectado la importante presencia de pirita en la composición del suelo, algo que requiere el empleo de materiales específicos y encarecería la obra en un 25%, lo que resultaría en una cantidad un 15% por debajo todavía del presupuesto de adjudicación. Tras años de negociaciones, este problema todavía no se ha solucionado y la obra lleva cuatro veranos parada.

La Unión Temporal de Empresas (UTE) entre Carrión y Aglomerados Numancia es todavía adjudicataria de este proyecto, lo que impide que vuelva a ser licitada y que sea otra firma la que siga adelante con el proyecto. Pero estas aseguran que, tal y como está planteada la obra, ni es rentable ni recoge todo lo necesario para llevarla a cabo correctamente, aunque no desean abandonarla. Parece que esta modesta presa va a tener que esperar mínimo un verano más para convertirse en realidad.

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