A lo largo del primer semestre de 2022 se han realizado 1.490 inspecciones a establecimientos con instalaciones susceptibles de riesgo sanitario por generación de aerosoles que pudieran ser vector de transmisión de esta bacteria causante de la legionelosis, actividad inspectora que durante el ejercicio anterior alcanzó la cifra de 3.192 visitas.
La legionela es una bacteria ambiental presente de forma natural en ríos, lagos, cursos fluviales o superficies de agua, desde la que puede colonizar diferentes recursos hídricos, alcanzando, si las condiciones así lo permiten, sistemas que precisan del agua para su funcionamiento, como son torres de refrigeración y/o condensadores evaporativos, sistemas interiores de agua caliente sanitaria y de agua fría de consumo humano, fuentes ornamentales, centros termales, humidificadores y otros.
Cuando este patógeno está presente en forma de aerosoles (pequeñas gotitas de agua que se generan a partir de las instalaciones anteriormente mencionadas) y penetra en las vías respiratorias, puede provocar legionelosis, también llamada “enfermedad del legionario”, ya sea de forma esporádica o en brotes epidemiológicos, especialmente en determinadas épocas del año
La legionelosis suele presentar dos formas clínicas: la llamada ‘Fiebre de Pontiac’, no neumónica, que cursa de forma leve; y la más conocida, una neumonía de fiebre alta que, en ocasiones, puede llegar a ser mortal dependiendo de determinadas circunstancias de riesgo previo en el paciente (la edad, enfermedades crónicas, diabetes, inmunodepresión, hemopatías, tabaquismo, etc.) y del grado de exposición a este germen oportunista en lo referido a la afectación de la salud humana que provoca.
La legionela no se transmite de persona a persona, ni por ingesta de agua o alimentos, tampoco de animales a persona; su extensión tiene que ver con la presencia de agua contaminada por la bacteria en instalaciones susceptibles de generar aerosoles, con la multiplicación del patógeno hasta alcanzar concentraciones suficientes al darse las condiciones adecuadas para ello (temperaturas cercanas a los 36º, presencia de nutrientes por falta de limpieza o corrosión y/o estancamiento de agua son factores que favorecen su multiplicación) y con que en esos aerosoles alcancen altos niveles de concentración del patógeno.
La Junta de Castilla y León, a través de los Servicios Oficiales Farmacéuticos adscritos a la Dirección General de Salud Pública, desarrolla de forma continua y de acuerdo con la normativa nacional para prevención y el control de la legionelosis la vigilancia sanitaria en este ámbito de la salud ambiental.
Esta intervención, planificada pero también de respuesta ante la aparición de posibles casos y brotes, responde al control sobre los programas preventivos y de mantenimiento que tienen la obligación de ejecutar aquellos establecimientos con instalaciones susceptibles de transmitir la legionela a través de aerosoles.
Se trata, por tanto, de velar por el cumplimiento de las condiciones higiénico-sanitarias que prevengan la aparición y proliferación de la bacteria y su extensión a partir de estos sistemas que usa el agua para su funcionamiento (enlace al portal web sanitario de la Junta en Castilla y León: Legionela (vigilancia, prevención, control y formación para evitar la legionelosis)
En Castilla y León, el censo oficial 2022 referido a establecimientos con torres de refrigeración y/o condensadores evaporativos suma 415, con un total de 1.051 instalaciones (667 torres y 384 condensadores evaporativos), siendo su distribución provincial la siguiente: Ávila, veinte establecimientos (diecinueve torres y dieciocho condensadores); Burgos, 90 (190 y 93); León, 60 (75 y 66); Palencia, veintiséis (49 y diecisiete); Salamanca, 40 (veintitrés y 45); Segovia, 38 (63 y veinticinco); Soria, 33 (32 y 36); Valladolid, 91 (195 y 61); y Zamora, diecisiete (veinte y veinticuatro).
A lo largo del primera semestre de 2022 se han realizado 1.490 inspecciones a estos establecimientos, alcanzado esta actividad inspectora la cifra de 3.192 visitas en el ejercicio anterior.
En el trascurso de la actividad inspectora de 2021 se tomaron 522 muestreos para la detección y análisis de 'Legionella pneumophila' en el agua de instalaciones susceptibles a su presencia, de las cuales 419 tuvieron un resultado negativo; en las 103 restantes, positivas, los Servicios Oficiales Farmacéuticos conminaron a los titulares a la ejecución de medidas correctoras, mediante tratamientos exhaustivos de limpieza y de desinfección, de manera que en todos los casos las posteriores analíticas ya fueron negativas.
Por su parte, durante la primera mitad del presente año, se llevan 269 muestreos, con 197 resultados negativos y 72 positivos, lo que ha conllevado, nuevamente, en el caso de éstos últimos la puesta en marcha de medidas correctoras de forma que los posteriores análisis han descartado la presencia de la bacteria.
La distribución en 2021 por provincias de las muestras de agua anteriormente mencionadas es Ávila (40), Burgos (75), León (81), Palencia (56), Salamanca (61), Segovia (51), Soria (43), Valladolid (70) y Zamora (45); en el primer semestre de 2022 el número de muestras tomadas es Ávila (veinticinco), Burgos (37), León (42), Palencia (veintiséis), Salamanca (35), Segovia (veinte), Soria (veintiuna), Valladolid(treinta) y Zamora (33).
La actuación de la Consejería de Sanidad, en el ámbito de la salud ambiental y ante la aparición de casos esporádicos y brotes epidemiológicos de legionelosis está claramente orientada hacia la investigación, detección e identificación de la fuente de la infección ambiental, con el manifiesto objetivo de interrumpir y eliminar la emisión de la legionela y evitar nuevos casos.
Esa investigación ha de comenzar a la mayor brevedad posible e incluye estudios epidemiológico, ambiental y microbiológico de la casuística declarada, comenzando por un planteamiento descriptivo que incluye información epidemiológica (análisis de la presentación de las variables de persona, lugar y tiempo).
Esos resultados del estudio descriptivo inicial sirven para el estudio ambiental, que incluye necesariamente la inspección de las instalaciones y la toma de muestras de agua para análisis y detección de 'Legionella pneumophila'.
Las instalaciones que se asocian a un brote de legionelosis deben ser sometidas a una vigilancia especial y continuada, como recoge el Real Decreto 865/2003 y también reitera el RD 487/2022, que sustituirá a la norma anterior y entrará en vigor a principios del año próximo.
Los casos de legionelosis humana notificados a las Secciones de Protección de la Salud por parte de las Secciones de Epidemiología de cada Servicio Territorial fueron, a lo largo de 2021, veintidós incluyendo las comunicaciones del grupo de trabajo europeo para la vigilancia de legionelosis asociada a viajes (EWGLINET); en ese año 2021 no se notificó brote alguno.
La distribución de los veintidós casos esporádicos en las provincias castellanas y leonesas en las que hubo declaración por legionelosis humana durante el año pasado fue la siguiente: Burgos (dos), León (tres), Salamanca (siete), Segovia (uno), Soria (uno), Valladolid (cuatro) y Zamora (cuatro); en relación con estos casos de legionelosis se realizaron dieciséis inspecciones a establecimientos susceptibles de relación, con veintiséis tomas de muestras, de las cuales diecinueve resultaron negativas y siete, positivas.
En el primer semestre año 2022 se han notificado cinco casos de legionelosis humana (dos en Burgos, uno en Palencia, uno en Soria y uno en Valladolid), cuatro de ellos esporádicos y el restante, probablemente nosocomial, sin que haya habido hasta la fecha notificación de brote alguno; en relación con estos casos se han realizado seis inspecciones a los establecimientos afectados, con la toma de nueve muestras, todas negativas.
Otra actividad en relación con la vigilancia sanitaria sobre la legionela y también materia de salud ambiental es la formación higiénico-sanitaria del personal profesional que realizan operaciones de mantenimiento de estas instalaciones.
Este sentido, el ordenamiento autonómico regula el procedimiento de autorización de los cursos en materia de control y prevención de legionelosis y la comunicación de sus convocatorias, contexto en el que los Servicios Oficiales Farmacéuticos realizan inspecciones para comprobar su cumplimiento.
A lo largo del año 2021 se solicitaron por parte de sus promotores autorizaciones para 70 cursos (Burgos, seis; León, quince; Palencia, dos; Salamanca, ocho; Segovia, tres; Soria, dos; Valladolid, veintiséis 26; y Zamora, ocho), detectándose únicamente un incumplimiento en un curso de la provincia leonesa.
Durante el primer semestre del año 2022 se han celebrado 35 cursos, sin incumplimientos, correspondiendo por provincias cinco a Burgos, siete a León, dos a Palencia, cuatro a Salamanca, tres a Segovia, trece a Valladolid y uno a Zamora.
Un porcentaje elevado de los alumnos que asisten a estos cursos formativos es personal profesional de empresas inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas de Castilla y León, con servicio a terceros para el mantenimiento de instalaciones para la prevención de la legionela y, en menor proporción, de establecimientos con actividad propia.
Estas empresas inscritas también están sujetas la inspección sanitaria en materia de salud ambiental y en la Comunidad de Castilla y León, este registro suma del orden de 560 entidades.