Ruta: Tres castillos de Soria

Aunque muchos foráneos lo desconozcan, la provincia de Soria alberga una gran riqueza en lo que son fortalezas medievales, algunas de ellas con origen anterior, sin incluir a aquellos castros celtíberos o lo que fueron fortificaciones romanas.

Gormaz

Sería muy extenso detallar cada una de ellas, que se cuentan por centenares, aunque sí que se hace preciso decir que Gormaz, en el este provincial, alberga la fortaleza más grande de toda Europa. Los primeros vestigios apuntan a que en la elevación donde se halla, a la que se puede llegar a pie sin dificultad, ya hubo asentamientos datados en las edades del Bronce y del Hierro. Las crónicas refieren, siglos después, a un castillo cristiano allá por el 940, cuando fue conquistado por los musulmanes. Lugar de diversas batallas, que en su mayoría cayeron del lado del califato, finalmente en 1011 fue conquistado en primer término por el conde Sancho García, y aunque le fue arrebatado después, a la postre, en 1060 Fernando I de Castilla tomaba la plaza definitvamente. Ya en 1087, fue donado por Alfonso VI a Rodrigo Díaz de Vivar, y después, volvió a quedar en manos de la Corona.

La edificación fue perdiendo interés estratégico pero en el siglo XIV retomó cierta importancia con la construcción de un castillo en el interior, si bien, ese auge volvió a la decandencia, aunque según los historiadores, la fortaleza estuvo activa como tal hasta el siglo XVII. Su magnífica puerta califal encuadra, desde el interior un paisaje alfombrado por una llanura mulicolor en función de los cultivos.

La edificación tiene un perímetro de 1.200 metros y se accede a la misma por la SO-P-4198. Su exterior sirvió de escenario para la superproducción estadounidense El Cid, en 1961. Una película que fue dirigida por el estadounidense Anthony Mann con Charlton Heston y Sophia Loren como protagonistas.

Osma

No muy lejos, en Osma, entre el Abión y el Ucero, otra edificación, de la que se tiene constancia se asentó sobre la antigua puebla de esta localidad que apellida al municipio burgense, dentro del ámbito de la romana Uxama. En sí fue diseñada en principio como un enclave amurallado sobre un pequeño cerro. Ya en 912 fue tomada por tropas cristianas, aunque fue destruida en gran medida por los árabes en 920, siendo reconstruida, y aguantó ataques musulmanes catorce años después y caer en sus manos en 963. En 975 los cristianos volvieron a hacerse con ella pero ya en 985 las tropas de Almanzor dejaron obsoleto el recinto. En 1011 Sancho Garcés tomaba la fortaleza, y de nuevo, los musulmanes conseguían dominarla, hasta que ya de manera concluyente en 1060 fue cristiana.

A partir de ahí, fue donada al Obispado de Osma, y posteriormente foco de atención en las luchas nobiliarias por el poder. Ha sido constatado que en el siglo XIV el trazado se ve acrecentado con la elevación de lo que se trata como castillo propiamente dicho, aprovechando el lienzo de muralla pero alterando el trazado que fue unido con el anterior con una torre al norte, algo que también se haría en el otro extremo, al sur.

En su fábrica, con diferentes materiales, afloran piedras talladas de antiguas construcciones romanas que como suele ser habitual, fueron aprovechadas por los primeros constructores.

El acceso viene dado por una senda que se puede tomar en las inmediaciones del puente del Ucero en Osma, llegando bien a pie por El Burgo o por la SO-160 si se va por carretera.

Berlanga de Duero

Berlanga de Duero es una localidad ligada de manera indisoluble, a su castillo. Con vestigios de la Edad del Hierro, está situado en un alto que domina el río Escalote al noroeste, y como en los casos anteriores, fue objeto de batallas por el dominio del Duero entre cristianos y musulmanes, ya que estratégicamente se unía a las anteriores fortificaciones de Gormaz y de Osma. Históricamente se ha comprobado que el inmueble ya existía en 975.

Tuvo gran importancia durante los siglos X y XI por formar parte de la línea defensiva del Duero junto con Gormaz, San Esteban de Gormaz y Osma. Y nuevamente Rodrigo Díaz de Vivar aparece en Soria, ahora la historia del castillo, ya que fue nombrado alcaide en 1089, según consta en la Crónica General de 1344 donde Alfonso VI le concedió este provilegio por su fidelidad y servicios.

Un conjunto que no deja indiferente al viajero, ya que forma parte de un conjunto con varias edificaciones. Entre ellas está el palacio del XVI, titularidad de los duques de Frías, y en el ascenso al cerro se conservan restos de una ermita, que fue consagrada a San Juan. También se pueden observar un acueducto y una necrópolis medieval antes de la fortaleza, de tipo artillero, que rodea propiamente al castillo y que fue erigida sobre la antigua construida en el Medievo y de la que no hay ningún dato reseñable.

Aún así, se sabe que el castillo medieval tenía su correspondiente rampa de acceso y foso con puente levadizo, lo que llevaba a proteger la torre del homenaje, de dos cuerpos. También está definido el patio de armas y otro para uso de los señores del castillo. De igual modo se conservan los depósitos o aljibes que recogían las aguas pluviales para el uso de los moradores.

Saltando a la historia más reciente, la fortaleza artillera tuvo su importancia durante la invasión francesa, donde estuvieron acuardeladas tropas encabezadas por el general José Joaquín Durán entre septiembre de 1810 y enero de 1811.

Distintas son las carreteras que llegan a Berlanga, como la SO-152 o la CL-116 (con posterior entronque con la SO-100), entre otras.

Más rutas

Con estos 3 castillos, del centenar largo que salpican la geografía soriana terminamos esta ruta. Si quieres conocer varios recorridos de este tipo no dudes en visitar la página web de la Diputación, Soria Ni Te La Imaginas. En ella, cientos de aventuras te esperan para seguir descubriendo los tesoros de la provincia.