El vino es sinónimo de prosperidad en San Esteban de Gormaz. El movimiento económico en el municipio, formado por 19 núcleos, es cada día mayor gracias a viticultores y bodegas. El objetivo es aprovechar este impulso en otros sectores.
Del mismo modo que en toda la Ribera del Duero soriana, el sector del vino ha crecido exponencialmente en San Esteban de Gormaz. María Luisa Aguilera, alcaldesa del municipio, confirma que la actividad es “increíble”. Afirma que “el movimiento económico es innegable”, y considera que esto es consecuencia directa de disponer de unas “tierras con óptimas condiciones”, que han “aumentado el interés por arrendar o comprar terreno para instalar pequeñas bodegas”.
Este interés no se está limitando a los contactos verbales, pues Aguilera anuncia que “existen proyectos en cartera a la espera de confirmación”.
Por el momento, solo hace referencia a los que han quedado suscritos negro sobre blanco. Estos son tres, uno supondrá la creación de una nueva bodega (Bodegas Lunas de Castromoro en Pedraja de San Esteban), y los dos restantes son la ampliación de otras ya implantadas en el municipio (Rudeles en Peñalba de San Esteban, y Señorío de Aldea en Aldea de San Esteban). La regidora pone en valor la “apuesta por el territorio, por el desarrollo de las pequeñas comunidades en las que se ubican, y el compromiso de instalarse en ellas”.
El objetivo del Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz es, además de continuar el trabajo de atracción de bodegas, aprovechar el impulso del sector vitivinícola para el desarrollo de otros que puedan contribuir al dinamismo, “no solo de nuestro municipio, sino de toda la zona”.
En este sentido, la apuesta es doble. En primer lugar, se pretende reforzar la cultura en torno al vino, con las bodegas tradicionales como epicentro de los esfuerzos. Aguilera pone como ejemplo las visitas guiadas en San Esteban de Gormaz, que “sirven para ofrecer al visitante todo lo propio: nuestro pasado medieval y el imponente Románico, concluyendo con el disfrute de la estructura urbana desde nuestras bodeguitas, en las que brindamos por el futuro”, refiere. El segundo de los ejes es la atracción de talento joven a través de la formación. Con el ciclo de Vitivinicultura en marcha desde el pasado curso, se ha terminado de dotar el laboratorio y el almacén-bodega para lograr “unas instalaciones magníficas”. Aguilera ve en la creación de la residencia de estudiantes una forma de consolidar la oferta educativa en la zona.