Este año, los resineros de la localidad podrían llegar a facturar un millón de euros. El 14'6% de su población activa se dedica a este sector.
El éxito en la gestión de la materia prima resinera ha dado vida al pueblo de Tardelcuende. La localidad cuenta con 226 vecinos entre los 15 y los 64 años, lo que supone algo más del 50% de su población. De ellos, el 14’6%, son resineros y entre las 33 personas que se dedican al sector, podrían llegar a facturar este año 1.000.000€ por la venta de esta materia prima. “Este año en concreto batiremos records de pinos trabajados, resineros y cosecha”, asegura Ricardo Corredor, alcalde de la localidad. Todo, como todo lo relativo al campo, “con permiso de la climatología”.
Y es que Tardelcuende está impulsando numerosas medidas para mejorar el estado del sector en la zona. "Todos los pinos con posibilidad de ser resinados propiedad del Ayuntamiento están puestos a trabajar”, apunta el edil. Además, el Consistorio ha solicitado una destilería de resina, aunque de pequeño de tamaño, para cerrar el círculo “pinares-aprovechamiento-manufacturación-venta”. Además de los puestos de trabajo que esto supondrá, algunos cualificados como la figura de un ingeniero, también será “un seguro para nuestros resineros”. El Ayuntamiento tiene presupuestados en este ejercicio ingresos ligados a la resina por valor de 130.000€.
Cuatro de los pinos de Tardelcuende están siendo monitoreados por varios sensores que miden, de manera continua, la temperatura, humedad, fijo de savia, variaciones de crecimiento y presión de la resina. Se trata de una iniciativa del Grupo Operativo Resinlab, con el objetivo de asegurar la sostenibilidad del aprovechamiento en distintos escenarios climáticos y establecer relaciones entre estos y la producción de la resina, tal como explica Aída Rodríguez, su coordinadora.
Todas estas cifras tienen repercusión en otras, que también garantizan el futuro del municipio. En 2009 estuvieron a punto de tener que cerrar la escuela a falta de un estudiante. Este 2022, la localidad ha empezado el nuevo curso con cerca de una treintena de alumnos. Corredor lo considera un gran éxito y lo tiene claro: se lo deben a la resina.