El Duque de Medinaceli recibe un premio mundial, avalado por sus clientes

Con 63 años a sus espaldas, cumplidos el pasado 12 de octubre, el Restaurante Duque de Medinaceli no para de obtener reconocimientos. En los últimos días, sus actuales regentes, Laura Luna y Ángel Cortés, recibieron la magnífica noticia de ser uno de los establecimientos mejor valorados a nivel mundial por los clientes.

De esta manera, este negocio familiar, actualmente dirigido por la tercera generación, ha obtenido el galardón ‘Travelers Choice 2022’, entregado por el famoso portal de reseñas ‘Trip Advisor’. ¿Pero, qué significa este galardón? Gracias a las reseñas de sus comensales, el Duque de Medinaceli está dentro de una prestigiosa lista en la que se encuentran el 10% de los mejores restaurantes del mundo.

“No es la primera vez que lo recibimos, aunque estamos igual de contentos que en aquella ocasión. Al final trabajamos para los clientes. Es muy bonito que nos valoren, que aprecien lo que hacemos y que todo nuestro esfuerzo se vea repercutido en este tipo de galardones y en la vuelta de los comensales a nuestro local”, explica Luna.

Con la emoción todavía en su voz, la responsable del negocio destaca la importancia de las cuatro personas que trabajan en estos momentos en el establecimiento y de los vecinos de Medinaceli. En ese sentido, Luna indica que “al ser una familia y conocer a la mayoría de huéspedes intentas mejorar cada día y cuidar todos los detalles al máximo”.

De la misma manera, Laura y Ángel manifiestan el prestigio que les otorga este premio: “Buscar en la plataforma y aparecer entre los más valorados es un orgullo. Es verdad que habitualmente trabajamos con personas conocidas, pero gracias a este reconocimiento nos empieza a visitar cada vez más gente”.

Un negocio familiar dispuesto a innovar

Para mantenerse durante tanto tiempo al pie del cañón, enamorando a todos los que prueban sus recetas, los encargados de este restaurante destacan el sacrificio que han llevado a cabo “esforzándonos cada día para que esta tradición familiar no desapareciera en ningún momento”.

Dentro de ese trabajo, Laura y Ángel cambian la carta dos o tres veces al año con el objetivo de trabajar en cada momento con los productos de temporada sorianos. No obstante, los clientes les piden que no modifiquen alguno de sus platos típicos, creados desde cero por ellos mismos, como las manitas de cerdo rellenas de gambón o su especial oreja.

Entre estas curiosas elaboraciones, la costrada de pulpo, ingeniada hace apenas dos semanas, se ha convertido en uno de los manjares favoritos de sus comensales, pudiéndose servirse a alrededor de 20 comandas al día en un salón que tiene capacidad para unas 36 personas.

De esta forma, y con todo este crecimiento, los dueños de este restaurante seguirán agasajando a todos los que les visiten en Medinaceli con unos platos de primera calidad y con una sonrisa en la cara.