Los tratamientos, para los que hay un plazo de ejecución de 13 meses, consistirán en el desbroce, clareo, poda, tronzado, apilado y acordonado y amontonado de los restos.
La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público la adjudicación de intervenciones silvícolas de gestión adaptativa sobre una superficie de 112,60 hectáreas del Monte de Utilidad Pública (MUP) número 64, ‘Pinar de Matamala’, para favorecer la masa forestal regenerada después del incendio forestal ocurrido en el año 2000, que afectó a los términos municipales de Matamala de Almazán, Almazán y Tardelcuende.
Los trabajos, que cuentan con un plazo de ejecución de 13 meses, han sido adjudicados a la empresa Resinera Soriana, S.L., en un importe de 242.634,27 euros (IVA incluido).
Esta propuesta se enmarca dentro del Plan Pima Ecosistemas y tiene por objeto la ejecución de tratamientos silvícolas en parte de la masa forestal reestablecida después del citado incendio forestal, para su mejora y conservación, especialmente aquella sobre la que todavía no se ha ejecutado ninguna actuación adaptativa de mejora.
Se sirve de la silvicultura para mejorar la calidad y persistencia de los bosques y como herramienta de manejo de la vegetación con distintos fines. Desde el contexto de cambio climático, las actuaciones proyectadas pretenden adaptar la masa a las condiciones climáticas para mejorar su resiliencia y disminuir su vulnerabilidad, protegiéndolas del riesgo de propagación de incendios y evitando el deterioro medioambiental que este problema conlleva, junto a su afección al ámbito económico y social.
Actuaciones anteriores
Después del incendio, y tras la corta y saca de la madera quemada, se procedió a la regeneración de los terrenos mediante siembra o plantación. A finales del año 2002 se aprobó el ‘Proyecto de Restauración de la Zona del Incendio de Izana’ y los trabajos se llevaron a cabo durante las campañas 2003/2004 a 2005/2006. Durante las campañas 2008/2009 y 2009/2010 tuvo lugar la última reposición de marras en las zonas con problemas de regeneración.
Los primeros tratamientos silvícolas comenzaron en el año 2014 en Almazán y Tardelcuende, sobre aquellos tranzones con mayor desarrollo, y se han ido ejecutando progresivamente desde entonces atendiendo al estado de las masas regeneradas y otros criterios de disponibilidad material. Sin embargo, en el MUP número 64 del término de Matamala de Almazán aún no se han ejecutado estas actuaciones encaminadas a favorecer la masa forestal regenerada.
Localización de la actuación
Las intervenciones ahora adjudicadas se ejecutarán sobre una superficie de 112,60 hectáreas, en el monte ‘Pinar de Matamala’, repartidas en los tranzones 6, 7, 10 y 21, quemados en el referido incendio.
Se trata de masas procedentes de plantación y siembra de pino negral (Pinus pinaster) y de regeneración natural, de hasta 20-22 años de edad, mezclada con encina (Quercus ilex), roble (Quercus pyrenaica), estepa (Cistus laurifolius) y brezo (Erica sp., Calluna vulgaris) principalmente.
La regeneración no ha tenido lugar de forma homogénea en todo el terreno afectado, encontrándose distintas densidades de P.pinaster entre tranzones así como dentro de cada tranzón. Los localizados más al este (6 y 7) tienen mayor regeneración de pino que los tranzones localizados más al oeste (21), donde se observa una tendencia hacia una masa mixta conífera-frondosa, al extenderse la encina por terrenos antes ocupados por el pino. El roble (Quercus pyrenaica) aparece en los tranzones del noroeste del monte.
En todos ellos, la puesta en luz del terreno tras el incendio ha favorecido la aparición abundante de la estepa, que será desbrozada para favorecer el crecimiento y desarrollo del arbolado y evitar el riesgo de propagación de incendios forestales.
Tratamientos silvícolas
Los tratamientos silvícolas consistirán en el desbroce, clareo, poda, tronzado, apilado y acordonado y amontonado de los restos.
Se clarearán los pinos hasta una densidad aproximada de 1.100 pies por hectárea, dependiendo de la densidad inicial de la masa, y pudiendo variar según la dirección técnica, procurando dejar los mejor conformados y de mayor desarrollo a la vez de dejarlos distribuidos homogéneamente por toda la superficie.
Se desbrozará todo el matorral que estorbe al desarrollo óptimo de los pinos en pie; para ello se eliminará todo el matorral que rodea a los pinos en un radio de 1,5 metros desde el centro de estos, dejando el menor tocón posible que no debe sobresalir más de seis centímetros por encima del suelo.
En las manchas, matas o pies aislados de encina o roble se procederá al clareo de los pies dejando los mejor conformados y de mayor desarrollo, a la vez de dejarlos distribuidos homogéneamente por toda la superficie. En el apeo también se dejará el menor tocón posible.
Todos los pies (pinos, encinas y robles) serán podados de las ramas de sus verticilos inferiores hasta una altura entre un medio y tres cuartos de la altura del árbol, en función del porte del mismo y siguiendo las instrucciones del agente medioambiental, excepto los pinos inferiores a 80 centímetros de altura que no serán podados.
Todo el despojo resultante de las operaciones anteriores se depositará en montones para posteriormente ser triturado.
En todo el perímetro de los rodales de actuación, en una faja de 15 metros de anchura desde el límite interior del camino y cunetas o cortafuegos perimetral, se desbrozará todo el matorral existente.
Entre otras actuaciones planificadas, en los caminos, cunetas y carriles localizados en el interior de los rodales de actuación, señalados en la cartografía, se eliminará toda la vegetación para no dejar tocones y permitir la circulación de vehículos.