Artículo de opinión de Eder García, soriano comprometido y concejal socialista del Ayuntamiento de Soira.
Como en aquel cuento de la infancia, el conjunto de la derecha de este país lleva años anunciando el inexorable fin del mundo por culpa del Gobierno social-comunista. Un discurso que se está recrudeciendo en los últimos meses, quizá por aquello de que ese lobo no llega.
Los partidos que en el Congreso votan en contra de todas y cada una de las medidas puestas en marcha para ayudar a la mayoría social a paliar los efectos económicos de la pandemia y la guerra se bañan, casi a diario, con la fría agua de realidad que no para de contradecirles: la excepción ibérica, los impuestos a los que más tienen, la subida del salario mínimo o de las pensiones con arreglo al IPC -que lleva meses moderándose- están funcionando. España crece, el número de personas empleadas es histórico y la posición de nuestro país en el mundo es infinitamente mejor que cuando gobierna el PP.
Como es muy complicado desmentir la realidad día tras día, la derecha política, en perfecta sintonía con la mediática, pasan cada vez más al insulto, la mentira o simplemente la critica visceral sin argumentos para intentar emborronar la gestión eficiente y social del Gobierno.
Recuperan viejos temas de la despensa que saben que a sus votantes les apasionan, aunque sean anacrónicos. Por eso hablan, por ejemplo, de que España se rompe por Cataluña, cuando las únicas veces que se ha hablado de ruptura es cuando ha gobernado el PP. Esta actitud de mantenerse permanentemente en la escalada del exabrupto, además de aburrida y obscena, es profundamente antidemocrática.
Buscar permanentemente asustar a la ciudadanía, crispar el ambiente social e intentar pintar un futuro cada vez más negro en contra de la realidad es impropio de un partido que aspira a gobernar España. Una pena pensar que Feijoo es de cartón pluma y el ayusismo insustancial y emponzoñador triunfa en la alternativa política de este país. Esperemos que, como en el cuento, al final no venga de verdad el lobo.