Rocío Lucas argumenta que no formará parte del desarrollo técnico de una prueba que ahonda en la desigualdad en el acceso a la universidad al no ser debatida la propuesta de una EBAU única.
Este viernes, la Junta de Castilla y León ha manifestado que no volverá a participar en los grupos de trabajo convocados por el Ministerio para avanzar en la nueva EBAU, al no tener en consideración ninguno de sus planteamientos en relación con una prueba única.
La consejera de Educación, la soriana Rocío Lucas, lamenta la actitud del Ministerio de Educación y Formación Profesional, que durante todo el proceso "ha ninguneado" a varias administraciones autonómicas. Así, Castilla y León ha tomado esta decisión, al igual que otras comunidades autónomas, por considerar que esta huida hacia adelante del Gobierno de España "acrecentará las desigualdades en el proceso de acceso a la universidad".
"Es injusto", reitera Lucas, "que con un distrito único existan 17 pruebas distintas: cada comunidad autónoma diseña su prueba en base a temarios diferentes y con dispares criterios de corrección".
A pesar de que el Ministerio aplaza la implantación del nuevo modelo de EBAU, se mantienen en su integridad las características del mismo, pese a las dudas que plantea la puesta en práctica de la prueba de madurez para la mayoría de comunidades autónomas -corrección colegiada y contenidos, entre otros-.
No sólo las administraciones, en la Consejería aseguran que el Ministerio quiere imponer una nueva prueba "desoyendo los criterios en contra de organismos tan importantes como varias universidades, la Real Academia de la Lengua (RAE) o la academia del catalán (Instititut d´Estudis Catalans, IEC)".
También se han posicionado en contra la Red Española de Filosofía o los coordinadores del examen de Lengua Castellana y Literatura. En las últimas horas se ha sumado a esta lista de críticos la Asociación de Escritores con la Historia, que ha pedido, a través de un manifiesto, la retirada de la propuesta del Ministerio de Educación.