Inquietud en San Esteban por dos futuras explotaciones de porcino
El Ayuntamiento alegará los dos proyectos, ahora en exposición pública, que se ubicarán en las proximidades del casco urbano y en las cercanías de su pedanía de Villálvaro, concretamente en el municipio de Fuentearmegil.
Con "inquietud" se vive la posible implantación de dos explotaciones de porcino de cebo en San Esteban de Gormaz y en las cercanías de su pedanía de Villálvaro, aunque en este último caso la granja se ubicaría en el municipio vecino de Fuentearmegil.
La alcaldesa sanestebeña, María Luisa Aguilera ha confesado la intranquilidad que suponen estos dos proyectos, ahora en exposición pública, y para los que el Ayuntamiento ribereño presentará alegaciones. "Estamos realizando los estudios oportunos", ha manifestado la regidora, quien ha explicado que en el primero de los casos, su localización prevista está a "a un kilómetro escaso" del casco urbano de la cabecera del municipio, mientras que en el segundo "afectará a un arroyo cercano" a la pedanía mencionada.
Aguilera no ha mostrado su rechazo al desarrollo de proyectos aunque ha razonado diciendo que "lamentablemente, si te opones, estás en contra", pero matizando que la postura se debe a la ubicación de ambas explotaciones, de unas 7.000 y 4.000 cabezas de cebo respectivamente. Por ello ha abogado por buscar otros emplazamientos para ambas que satisfagan a las partes, tanto a vecinos como a promotores. Sin embargo, por parte del Ayuntamiento ya han ofrecido otras alternativas pero según la alcaldesa "no nos han hecho mucho caso".
El Consistorio canalizará igualmente las reclamaciones presentadas por los vecinos aunque, eso sí, su alcalcdesa ha llamado a "reflexionar" sobre este tipo de explotaciones ya que en muchos casos "van en detrimento de la calidad de vida" de quienes viven próximos a ellas. A mayores, ha afirmado que se está detectando un aumento de las cantidades de nitritos en las aguas subterráneas, procedentes de granjas de porcino.
Por otro lado, considera que la actividad vitivinícola es "incompatible" con explotaciones ganaderas de carácter intensivo, incluido el aviar, tal y como afirman en el Consejo Regulador de la Ribera del Duero. En esta "intranquilidad" Aguilera ve también el peligro que supone la aparición de enfermedades en los animales, las cuales "puedan dar el salto a los humanos" contagiando a su alrededor.
Por último, Aguilera se ha mostrado favorable en "dar un margen de tiempo" para llegar a un acuerdo con los promotores y lograr una óptima determinación, "con buena voluntad" que satisfaga a las partes o en su caso, que sean atendidas las alegaciones presentadas en instancias superiores.