Mañueco destaca la figura humana y profesional del poeta palentino José María Fernández Nieto
El libro durante su presentación. /Jta.
En la presentación del libro en homenaje a este escritor, el presidente de la Junta de Castilla y León resalta su calidad vital, que le convirtió en un referente poeta y farmacéutico, los dos compromisos a los que dedicó toda su vida.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha participado hoy, en Palencia, en la presentación del libro 'Encuentros con José María Fernández Nieto', en memoria del poeta y farmacéutico palentino José María Fernández Nieto, fallecido en el año 2013, tras una vida dedicada a su profesión.
Durante el acto, Fernández Mañueco ha felicitado al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia por impulsar esta publicación, a través de la cual se va a poder mantener vivo el recuerdo de este escritor, a quien ha definido como una gran persona y un referente boticario.
Asimismo, ha puesto en valor la labor que hacen los farmacéuticos dentro del Sistema de Salud, aconsejando y manteniendo un contacto directo con los clientes, favoreciendo la promoción de la salud y de los hábitos de vida saludables. Tareas que siempre van a contar con el apoyo del Gobierno autonómico, con el objetivo de mejorarlas y de seguir potenciando el modelo de Farmacia Comunitaria.
'Encuentros con José María Fernández Nieto'
'Encuentros con José María Fernández Nieto' es un libro-homenaje al autor palentino (Mazariegos, Palencia, 7 de diciembre de 1920 - Palencia, 17 de enero de 2013)
El presidente de la Junta ha agradecido a todas las personas que han colaborado en la elaboración de esta obra por saber recoger las dos facetas que caracterizaron la vida de José Maria Fernández Nieto, como poeta y como profesional de la farmacia.
Merecedor del Premio Castilla y León de las Letras 2011, Mañueco ha descrito al escritor palentino como “un gran poeta” que encontraba la inspiración tanto en todo aquello que le rodeaba, como también dentro de sí.
Y, especialmente, por su calidad humana y vital, marcadas siempre por unas fuertes raíces espirituales, por ser un hombre de “bondad”, esforzado en su trabajo, comprometido con su fe y apegado al territorio en el que vivía.
Esto le permitió ser, entre otras cosas, un verdadero referente como farmacéutico, como dinamizador cultural y como vecino de Tierra de Campos, de Palencia, y de Castilla y León.