Los vecinos de Monteagudo de las Vicarías llevan 24 años montando su propio Belén en lo que ya se ha convertido una jornada de celebración. Sin embargo, ha sido la familia Escalada la que ha logrado mantener viva la parte logística de este queridísimo momento navideño.
Hace 24 años, un grupo de vecinos, encabezados por el matrimonio Escalada, comenzó a instalar un Belén para adornar la plaza frente a sus viviendas en Monteagudo de las Vicarías. Al principio hicieron todas las casitas con cajas de leche, una técnica que fueron perfeccionando y que les sirvió, también, para llevar un pedacito de Monteagudo a su Nacimiento, incluyendo algunos de sus monumentos más destacados, como el castillo o un arco de la muralla. Cuando empezaron, el Belén, de menores dimensiones, se montaba en una sola mañana y mientras, la matriarca de la familia Escalada cocinaba migas con torreznos que repartía entre todos los participantes, que se encargaban de traer distintos postres.
Poco a poco y Navidad tras Navidad, el montaje de esta escena se fue alargando y todo, acompañado de la comida, se convirtió en tradición. Algunos de los pioneros que decidieron, de forma espontánea, emplear sus propias figuras en llenar su rincón rayano de espíritu navideño, han tenido que abandonar esta celebración, pero Alfredo Escalada es, todavía, la 'pieza' humana más importante de este Belén.
A sus 88 años, él es encargado de la logística, restaurando y reponiendo las figuras. Y aunque todos los años Alfredo mantiene que es "la última vez", cada Navidad termina por adquirir -ayudado por toda su familia- o elaborar un personaje o un oficio nuevo para incluir en su Belén rayano. "Este año, la tetería Saminhaän ha crecido mucho así que hemos adaptado al panadero del Nacimiento y a su casita le hemos puesto el cartel del restaurante y las florecitas rojas que están en la decoración del local real", asegura su hija, Nuria.
Pero en esta decoración, todo el pueblo colabora. De hecho, Nuria afirma que "se ha convertido en un atractivo para muchísima gente que viene en estas fechas solo para ver el Belén", algo que queda demostrado por un misterio que aún no han logrado resolver. "Un año apareció un corzo que no sabemos quién colocó ahí. Igual alguien de paso, porque la fuente se encuentra junto a una carretera por la que pasa mucha gente de Barcelona y Galicia, con mucho tráfico. Creemos que alguien vino algún año y vio el Belén, compró esta figura y nos la dejó allí el año siguiente", asegura.
La tradición continúa y mientras la familia Escalada monta el Belén, todo el pueblo se acerca a asesorar. Terminada la labor, mantienen la esencia de esta costumbre y se reúnen a comer en comunidad. Este año, decenas de rayanos ya han podido juntarse en su puente favorito, el de diciembre, para mantener viva la llama de una tradición única. Aquellos que visiten Monteagudo durante estas fechas pueden añadir este Belén a su lista de puntos de interés de esta localidad rayana y disfrutar de esta decoración tan genuina que ya se ha convertido en un imprescindible navideño.