Los rojillos lograron el ascenso a Primera RFEF y esta campaña luchan por meterse en el play off de ascenso a Segunda.
El 2022 pasará a la historia del Numancia por ser el año en el que el conjunto soriano dio el primer paso para volver al sitio que jamás debió abandonar: el fútbol profesional. A pesar de que estos 365 días no han sido un camino de rosas, los rojillos han sabido sobreponerse a todas las dificultades para seguir soñando y tratar de colarse en el play off de ascenso a Segunda División. No obstante, empecemos por el principio.
Tras un comienzo de campaña muy irregular, con dificultades para sacar los partidos a domicilio y haciendo de Los Pajaritos un fortín, la escuadra numantina comenzaba el 2022 fuera de los puestos de promoción, sexto con 26 unidades. Con ese contexto, el director deportivo, Rubén Andrés, respaldado por la propiedad, decidió dar un giro de timón en busca del ascenso, fichando a jugadores de la talla de Carrillo, Lupu o Fer Román.
Estos no tardaron en hacerse un hueco en el once de un Diego Martínez que decidió apostar por el mediapunta y por el ariete en el primer duelo del año. Aquel choque de vital importancia ante el Espanyol B, líder del grupo en el arranque de la segunda vuelta, finalizó con un 1-0 para los sorianos gracias a un tanto del delantero rumano y a una soberbia actuación de Carrillo.
Tras esa victoria, el equipo no saldría más de la zona noble de la tabla, escalando poco a poco hasta un primer puesto que daba acceso a la categoría de bronce del fútbol nacional. A pesar de esa mejoría, los de Diego Martínez tuvieron un pequeño bache que les alejó a seis puntos del filial periquito. No obstante, estos nunca se rindieron y tras una racha espectacular, ganando en campos tan difíciles como Pinilla, se presentaron en la penúltima jornada con opciones de ascender en Los Pajaritos.
En ella, los sorianos, arropados por casi 5.000 almas, derrotaron por 2-0 al Ebro con los tantos de Lupu y de Carrillo. Aunque no dependían de si mismos, estos festejaron el ascenso esa misma mañana ya que el Espanyol B cayó derrotado en su duelo ante el filial del Huesca. El resto ya es historia viva del Numancia: celebración en el campo, vuelta de honor o festejos en el escenario de Herradores demostraron que el sentimiento numantino estaba muy vivo.
Sin apenas tiempo para más jolgorios, Rubén Andrés se puso a trabajar en la ilusionante campaña en Primera RFEF, dando numerosas bajas a los pocos días de finalizar el curso anterior y manteniendo a piezas claves como Isma Gil, Jaume Pol, Fer Román, Carrillo, Tamayo o Amorrortu. De la misma manera, el máximo responsable deportivo de la entidad comenzó poco a poco a cerrar fichajes como Rúben Mesa, Arranz o Mancebo.
Con el paso de los días y con una pretemporada que dejo buenas sensaciones en el seno del club y de la afición, el Numancia consiguió incorporar a jugadores de la talla de David González, Dani Sánchez, Gaizka Ayesa o Gorka Pérez. De esta forma, la escuadra arrancó la campaña de una forma irregular con dos derrotas consecutivas como local y con los empates ante el Eldense y Real Murcia a domicilio.
Con las primeras dudas sobrevolando Los Pajaritos, el combinado rojillo dio un puñetazo encima de la mesa con tres victorias consecutivas que le metieron de lleno en la zona alta de la tabla clasificatoria. No obstante, un nuevo tramo de la competición, con cuatro partidos sin conocer el triunfo, acabaron con el crédito de Diego Martínez en el banquillo soriano.
Su sustituto no se hizo esperar, llegando Iñaki Bea tan solo cuatro días después. Durante ese breve periodo de tiempo sin técnico, Pablo Ayuso fue el encargado de capitanear la nave, consiguiendo incluso el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey al derrotar por 0-2 al San Juan de Pamplona. Después de esa eliminatoria, Bea tomó las riendas, otorgando a sus pupilos nuevas herramientas con el reto de jugar más en campo contrario, abriendo las bandas y ejerciendo una presión alta.
Con esta variación, el preparador de Amurrio logró resultados importantes en campos tan complicados como el del Barcelona B o el del Castellón. Ahora, el equipo también siguió teniendo problemas para sacar los duelos ante rivales de la zona baja como el Real Unión de Irún o el Cornellá. De la misma forma, el cuadro numantino continúo mermado con numerosas lesiones, sobre todo en la zona de tres cuartos: Amorrortu, David González, Tamayo o Mario Barco.
Con todo ello, el Numancia finaliza el año en mitad de la clasificación, a tres puntos del play off, y fuera de la Copa del Rey tras caer en un mal encuentro ante el Sporting de Gijón por 0-3. Con ese pretexto, el club encara el 2023 con la ilusión de seguir mejorando prestaciones para tratar de asaltar la parte que da derecho a jugar las eliminatorias para el ascenso a la que es la casa rojilla: la Segunda División.