Este mes nos sumergimos en el mundo de las discusiones de celebrities en redes sociales y tratamos de aprender cómo controlar las narrativas.
Allá por 2009, Kanye West subió al escenario de los VMAs para arrebatarle a una Taylor Swift de 19 an?os el micrófono, literal y metafóricamente, y decirle que el premio que acababa de ganar al mejor video del año se lo merecía más Beyonce. Así comenzó uno de los beefs más icónicos de la industria musical en el que el rapero, respaldado por su mujer y el clan mediático Kardashian-Jenner, siempre se adelantó a la hora de contar su versión y todas las red flags de esta familia de reality fueron ignoradas durante años.
Otro follón se nos vino encima cuando Olivia Rodrigo, con su emocionante Drivers License, puso a Joshua Bassett en el ojo del huracán, creando un nuevo triángulo amoroso al más puro estilo Disney Channel que tuvo en vilo a Tiktok durante meses. A partir de ese momento, ya no importaba lo que ninguno de los implicados pudiera decir. En Internet todo el mundo puede opinar y tomar un pequeño granito de información para convertirlo en una montaña de jugosísimo conflicto.
Pero con gusto e ingenio, a todo se le puede dar la vuelta si eliges cuidadosamente cuándo servir el té. Y si no, que se lo digan a Taylor, que después de dos an?os retirada de la vida pública, teniendo a todo Internet llamándola serpiente a las órdenes de los Kardashian, sacó su álbum Reputation. En él se autoproclamaba Reina de las Serpientes, dándole la vuelta a la narrativa que Kanye había creado y usándola para desencadenar un efecto dominó que acabó con él. El té estaba tan calentito que nadie quiso perderse su fiesta, y ella tenía tazas para todos. ¿Es el karma el que pone a todo el mundo en su sitio? ¿O simplemente hay que saber lo que necesitas hacer para convertirte en el mejor personaje de tu historia?