El municipio ribereño celebra este 20 de enero el 50 aniversario de su proceso de fusión que lo convirtió en una entidad formada por 19 localidades. Los vecinos de algunos pueblos pertenecientes a San Esteban de Gormaz han compartido con nosotros los recuerdos de los años 60, los últimos años de la época franquista.
En 2022 se cumplieron los 50 años desde que se llevó a cabo el segundo proceso de fusiones municipales en la comarca de San Esteban de Gormaz. Algunos vecinos de los pueblos que en los años 60 se anexionaron al municipio han querido compartir sus recuerdos con Soria Noticias.
A finales de la época franquista once fueron los pueblos que se fusionaron al ayuntamiento de San Esteban: Aldea de San Esteban, Atauta, Ines, Matanza de Soria, Olmillos, Peñalba de San Esteban, Piquera de San Esteban, Quintanilla de Tres Barrios, Rejas de San Esteban, Soto de San Esteban, Velilla de San Esteban y Villálvaro que se unían a Pedraja ya fusionada en 1845.
En 1972, se produjo una segunda oleada de uniones que incorporó a la red de municipio a Morcuera, Quintanas Rubias de Abajo, Quintanas Rubias de Arriba y a Torraño, que ya pertenecía en el siglo XIX a Torremocha de Ayllón. A partir de ese momento todos los municipios caminarían juntos en un mismo ayuntamiento hacia planes futuros.
La unión de los diferentes pueblos de la comarca al ayuntamiento de San Esteban ayudó a cohesionar el territorio y a hacer viable lo que de alguna manera era “insostenible económicamente por las precarias condiciones económicas de esos pequeños ayuntamientos”, ha indicado la alcaldesa de San Esteban de Gormaz, María Luisa Aguilera. La alcaldesa se siente satisfecha porque gracias a esa fusión ha permito dotar de un futuro a todos aquellos núcleos que pertenecen al municipio dotándoles de servicios y consiguiendo que conservasen su población.
El aspecto negativo de esta fusión que ha enriquecido a muchos municipios de la comarca ha sido especialmente la gobernanza, ya que “resulta especialmente complicada por el número de municipios y el encarecimiento de los servicios esenciales”. María Luis Aguilera asegura que el principal objetivo, que era conservar los municipios para que no desapareciesen por causas como la despoblación, se ha conseguido y por ello se siente orgullosa. Al futuro solo le pide que se pueda seguir trabajando, mejorando y consiguiendo nuevos logros para todos los pueblos de la comarca, luchando contra viento y marea por el principal problema de la Soria rural: la despoblación.
El Dr. Fernando Bermejo Batanero, profesor de Historia del Derecho y de las Instituciones de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y principal protagonista de investigar la mayor fusión de los municipios españoles de la comarca, cuenta a Soria Noticias que las fusiones de los ayuntamientos se realizaron para atajar la despoblación existente en la época. Problema que se desencadenó en los años 60 debido a que los vecinos abandonaban el campo para marcharse a las ciudades en busca de trabajo en sectores secundarios y terciarios. “Desde esa época hasta la actualidad la evolución ha sido flagrante y lo que se originó antiguamente es el resultado que estamos viendo en el siglo XXI”, comenta Bermejo.
En este sentido el profesor opina que las diferentes pedanías si no se hubiesen adherido no hubieran tenido los mismos servicios de los que ahora presumen. Siguiendo esta línea, diferencia dos procesos de fusiones; una en 1845 y la segunda a partir de 1966, en las últimas décadas de Franco. Estas se potenciaban desde los gobiernos civiles para luchar contra el proceso migratorio que estaba dejando a las poblaciones pequeñas sin gente joven y con graves problemas económicos. Estos pueblos de escasa población habitualmente tenían que estar mancomunados con los vecinos para pagar gastos necesarios como el del secretario del ayuntamiento.
Soria Noticias ha podido hablar con vecinos de alguno de los pueblos que se fusionaron en 1966 y nos han contado anécdotas y curiosidades que han recuerdan haber vivido antes de que su pueblo pasase a pertenecer a San Esteban de Gormaz.
Soto de San Esteban
Deli, una vecina del pueblo de Soto de San Esteban que se adhirió en 1966 al Ayuntamiento de San Esteban de Gormaz, cuenta al periódico alguno de los cambios que ha experimentado su pueblo al modificarse el Régimen Local y fusionarse a otro municipio. Deli nos explica que cuando Soto se unió a San Esteban ella tenía 31 años por lo que no recuerda con claridad aquella época, solo pequeñas pinceladas.
Lo que sí nos puede contar son datos curiosos y tradiciones que se realizaban por costumbre en Soto en los años 60 y que, tras esa fusión con el pueblo vecino, desaparecieron de forma instantánea.
Una de las tradiciones que más nos ha llamado la atención y que se organizaba desde el Ayuntamiento, consistía en que cada pareja que se casaba en Soto debía arreglar un "trozo de tapia" que era una pared (actualmente hundida), ubicada en un terreno del pueblo cerca del río. El objetivo que se perseguía era un bien común para todo el pueblo: guardar a los animales para evitar que estos destrozasen la tierra cultivada.
Además, en cuanto al campo, desde el Ayuntamiento del municipio se repartía “una suerte” (trozo de tierra para cultivar) a cada vecino que todavía hoy conservan para que las pudieran trabajar según su criterio. Al pasar a formar parte de otro municipio estas tradiciones se perdieron por completo.
Quintanilla de Tres barrios
Tomás, un vecino de Quintanilla de Tres Barrios, municipio ubicado a casi cuatro kilómetros de San Esteban de Gormaz, recuerda que los años 60 (él tenía 18 años) trajeron grandes cambios para su municipio. Quintanilla, al adherirse al municipio de San Esteban, perdió al secretario que gestionaba los archivos importantes del pueblo relacionados con las suertes, los nacimientos o las defunciones de los vecinos y que, desde ese año, comenzarían a formar parte de la historia del municipio sanestebeño.
Uno de los hechos que recuerda y tiene grabado en la mente es que en 1966 cuando su pueblo se fusionó con San Esteban, cada municipio tuvo que elegir a un representante que se encargase de los problemas “menores” de la población. En Quintanilla el representante era su padre, Ramón Aguilera y nos cuenta que ,en los últimos años de la dictadura, Francisco Franco tras la famosa fusión celebró una reunión en el Palacio de El Pardo en Madrid. A esa cita acudieron todos los representantes de cada municipio, el alcalde de San Esteban, que por aquel entonces era Victorino Pozas, y por último también asistió el Gobernador Civil de Soria. Allí realizaron una fotografía en una de las estancias de la residencia de Franco a la que Soria Noticias ha tenido acceso.