San Esteban se llena de color gracias al trabajo de más de 70 vecinas

La Placituela de San Esteban de Gormaz luce ya un color especial. Los árboles de este punto neurálgico cultural de la localidad ribereña, frente a la Biblioteca, visten ya unos abrigos únicos que, en estos meses de invierno, decoran el pueblo con todo el cariño de más de 70 vecinos y vecinas que se comprometieron ya a finales del año pasado con un taller de ganchillo.

Una actividad que contó con un gran éxito y que culmina en un colorido resultado fruto de casi 4 meses de trabajo. Aunque las asistentes al taller han sido mayoritariamente mujeres de entre 50 y 80 años, los más pequeños del pueblo también quisieron aportar su granito de arena, creando sus propias decoraciones para complementar los 'abrigos' de los árboles.

Pero el objetivo del taller, más allá de lo meramente visual, era garantizar a los vecinos el acceso a un espacio para socializar en estos meses de invierno. "Al final, queremos sacar a los sanestebeños del lugar donde normalmente pasan demasiadas horas y ayudarles a socializar, relacionarse y trabajar en algo precioso", explica María Luisa Aguilera, alcaldesa de la localidad.

Y es que este tipo de talleres llegaron a San Esteban, precisamente, después de uno de los momentos más marcados por la soledad de los últimos años. "Cuando se levantó el confinamiento vimos que la gente había pasado por un momento muy duro y crítico y que, de alguna manera, necesitaban volver a encontrarse". Los talleres comenzaron poco a poco, respetando las restricciones impuestas y el uso de mascarillas, pero lograron una gran respuesta ciudadana y desde entonces el Ayuntamiento no ha parado de impulsar iniciativas de este tipo. "Cada vez vamos pensando una actividad distinta, que tiene que tener como objetivo un proyecto que, de alguna manera, mejore algo de nuestro pueblo, además de proporcionar formación en distintos ámbitos", detalla la alcaldesa.

Continuar en el futuro

La gran respuesta de los vecinos y el trabajo de coordinadores, monitores e implicados, ha permitido que los talleres salieran adelante. "Continuaremos con este tipo de actividades que se complementarán con otras sobre destrezas digitales y TICs, porque hay una respuesta unánime. Muchos vecinos, cuando concluye el taller ya están preguntando por cuál será el siguiente", afirma Aguilera.

"Las mujeres han dado lo mejor de sí mismas y ahora tenemos una zona preciosa y además hemos llevado a cabo una actividad que ha ayudado a socializar, reunirse y trabajar en un fin común", asegura la alcaldesa. Porque el principal fin, en realidad, es otro distinto: "que esa soledad no buscada ni deseada tenga al menos una pequeña salida y que los vecinos se puedan juntar y relacionarse".