Con este evento, Río Duero Soria abre una intensa semana en la que el jueves comienza la Copa del Rey de voleibol en Los Pajaritos.
El Centro Cultural Gaya Nuño abría sus puertas en la tarde del lunes para acoger una mesa redonda sobre el ascenso del CD San José, en marzo de 1988, a la máxima categoría del voleibol masculino. Un acto familiar que, como explicaba la organización de Río Duero Soria, pretendía servir de homenaje para los integrantes de dicha plantilla y en el que participaron, de una forma u otra, casi todos los miembros de aquel legendario equipo.
Así, Raúl Ortega y Raúl Heras, residentes en otras ciudades, enviaron un vídeo a sus compañeros, igual que Javier García, en cuyo vídeo aprovechó para desear mucho éxito al cuadro soriano en la inminente Copa del Rey. Ya en el centro cultural, comparecieron el técnico José Miguel Serrato, Doroteo Martínez, José Ángel de Miguel, Carmelo Estepa, Juan Ignacio Osuna, José Carlos Jimeno, Jesús Ángel Jimeno, Rodolfo Hernansanz y Sergio Calonge.
Tampoco faltó el recuerdo para algunas de las figuras que hicieron posible el ascenso, como los malogrados Tito Martínez, presidente del CD San José en 1988; José Luis Blasco; Félix Gonzalo; y muy especialmente, el periodista Alfonso Andrés, quien narró en directo el ascenso para Soria en Radio Nacional de España y José María Gómez ‘Chechu’, el eterno capitán. Si bien los componentes del equipo también tuvieron palabras de cariño para el Padre Sebas o Pablo Núñez y otros directivos, compañeros, familiares, periodistas e incluso rivales de aquellos años.
Tras escuchar varios fragmentos radiofónicos de cómo Alfonso Andrés entrevistaba a Chechu o narraba el momento en el que Soria contaba, por primera en la historia, con un club en la máxima categoría nacional de un deporte, la mesa redonda fluyó con soltura por una sucesión de anécdotas, todas entrañables y, algunas de ellas, hilarantes. Rodolfo Hernansanz y Sergio Calonge fueron de los primeros en romper el hielo, después de que la memoria fuera abriéndose paso poco a poco recordando los resultados que se dieron en esa fase de ascenso que todos recordaron como maratoniana y dura, pues se jugaban partidos de casi tres horas en sesiones de mañana y tarde, con horarios poco favorecedores para los sorianos, pues eran considerados uno de los favoritos. Así, Rodolfo explicaba que pese a jugar durante muchos años, no había podido quedarse ninguna camiseta de recuerdo porque en aquellos años las equipaciones se pasaban de unos a otros.
Entre la infinidad de anécdotas y datos, que evidenciaron la buena memoria del técnico y los jugadores, se relataron algunas de las características de los viajes en el coche prestado del presidente del club, las paradas frecuentes en posadas de carretera e incluso preferencias de los jugadores en los menús. Curiosidades como que el suelo del polideportivo de Játiva se rompía durante la competición a los piés de los hermanos Jimeno Maján, mientras un carpintero arreglaba el suelo para que se pudiera seguir jugando. Cómo el Padre Sebas se encargó de que Juan Ignacio Osuna pudiera ir a la fase de ascenso en sus primeros meses de trabajo. Del carnaval en el que Carmelo Estepa se encontró por la noche disfrazado de pinza al entrenador, José Miguel Serrato, sin que este le reconociera cuando tenían partido al día siguiente… De Miguel recordó incluso algunos partidos que se perdieron injustamente en los despachos, y tantos y tantos momentos guardados con cariño, no todos reconocidos por Doro, entre las risas de sus compañeros.
Al finalizar el acto, el presidente de Río Duero Soria, Alfredo Cabrerizo, quiso obsequiar a todos los miembros de la plantilla con una camiseta de la segunda equipación de esta temporada del equipo celeste, y que, precisamente, como homenaje para estos jugadores, luce los mismos colores que la indumentaria con la que ascendieron en 1988.