Los actos comenzarán a las 19:30 horas en el Centro social. Recuerdan así la resistencia que presentó el pueblo hace siglos y que se cobró cientos de víctimas.
Hace más de 500 años, el conde de Medinaceli quemó una torre o fortaleza en la que los olvegueños se resistían a la imposición de ceder su tierra a este señorío. El suceso causó numerosas víctimas mortales, que fueron enterradas en una ermita que pasó a llamarse, ermita de los Mártires. Así recuerda lo ocurrido una inscripción en el propio monumento:
"Año de 1474, a 14 de marzo, el conde Don Agastón de la Cerda, conde de Medinaceli, puso cerco a este lugar de Ólvega con 5.000 hombres de a pie y a caballo, y tuvo cercada la torre de dicho lugar cinco días y al fin de los cuales, que fue a 19 de dicho mes, puso fuego a la torre, después de haberla combatido cinco días. Y murieron abrasados por el fuego cerca de 430 personas, entre ellas 25 desposadas. Rueguen a Dios por ellos».
Para recordar este momento de su historia y su resistencia numantina, Ólvega se reúne para pasar una tarde en comunidad reviviendo la quema del castillo y honrando a sus antepasados. Este año, Ólvega celebrará esta tradición el 11 de marzo. Y como no puede ser de otra manera en la Niña del Moncayo, sus asociaciones estarán directamente implicadas. “Aparte de rememorar el acontecimiento, queremos hacerlo a través de los ojos de una asociación que se encarga de escenificar el momento, para que muestren cómo ven ellos el hecho histórico”, asegura Elia González, alcaldesa de la localidad. Este año, los encargados de llevarlo a cabo serán los chicos de la 'Confu'.
Una tarde llena de celebraciones que comenzará a las 19:30 horas en el Centro social, momento en el que se representará la escena, ‘La Segunda Numancia’ y, posteriormente, los asistentes disfrutarán de la actuación del Coro Virgen de Olmacedo. Después, a las 20:30 horas, se realizará la procesión en la que los vecinos, acompañados de la Banda Municipal, marchan hacia la Iglesia de los Mártires, donde se realiza una ofrenda floral en honor a las víctimas de esta resistencia numantina.
Posteriormente, la celebración se dirige hasta la plaza de la Picota, donde se procederá a la quema del castillo elaborado con madera. El broche lo pone una cena de bocadillos en comunidad y, tal y como ya se hizo el año pasado, se creará una colecta para que cada vecino done lo que considere oportuno por su bocadillo, para recaudar fondos que se destinarán a fines benéficos. Consulta el programa completo en este enlace.
"Es importante mantener esta celebración porque son nuestros orígenes y es una pena que, incluso los vecinos de Ólvega, no conozcan estos hechos", afirma la alcaldesa. Por eso, en preparación para este día tan especial, el Ayuntamiento ha trabajado a través de su área de turismo con los colegios de la localidad. "Se han elaborado unos talleres y explicaciones, adaptadas a las distintas edades de los niños del colegio y van a ir pasando por la ermita, contándoles la historia de tal forma que sea una actividad interactiva y que no se queden solo con una charla histórica", añade. Todo, para recordar un evento que ha quedado marcado a fuego, nunca mejor dicho, en la identidad y el escudo de Ólvega.