En esta edición de 'Al día con Itziar', nos sumergimos en el debate sobre talento y privilegio y exploramos algunas de las relaciones familiares más rentables del famoseo.
David Beckham, Francis Ford Coppola y Alec Baldwin tienen algo en común: han demostrado que la meritocracia es un mito. No, no han formado un grupo de justicieros sociales, simplemente han tenido familia. Aunque siempre ha habido enchufados, Internet y la so- breinformación han acabado con juegos de nombres artísticos como el de Nicolas Kim Coppola, más conocido como Cage, que se distanció de su apellido para que pareciera que se lo había currado más. El talento existe y ser hijo de un famoso no te lo quita, pero últimamente los hijos del nepotismo, los 'nepobabies', se están pasando.
Ahora se exige 'naturalidad' y la única forma de caer bien a 'la plebe' es asumir cómo has llegado hasta donde estás. Picarte porque te llaman privilegiado y defender que tu padre actor no tuvo nada que ver con tus primeros papeles, solo enterrará tu imagen y ninguna táctica de PR te podrá librar jamás de las burlas de TikTok.
Internet no odia a todos los 'nepobabies'. Algunos, como Bella Hadid, se han convertido en iconos. Otros, como Hailey Bieber (Baldwin de soltera, como su tío Alec) o Brooklyn Beckham, las personificaciones del color beige, están en un punto medio en el que se les indulta, al menos en lo referente a su falta de talento en las profesiones que han escogido, porque proporcionan contenido cómico. No hay más que ver el tutorial de Brooklyn para hacer gin tonics insulsos o la línea de Skin Care de Hailey, gracias a la que opta por fingir que lleva poco maquillaje por sus cremas y no por los miles de dólares mensuales que se gasta en tratamientos dermatológicos.
Pero algunos, a pesar de empezar muy arriba en la escalera del privilegio, están destinados a flopear, y el primer paso para superarlo, es reconocerlo.