El técnico ha incidido en que “se equivocó y que no me queda otra que hacer autocrítica después de estar dos días sin dormir”. También ha hecho hincapié que el ser “un entrenador muy pasional me pasa factura en ruedas de prensa” y en que hoy “debe comenzar una nueva era”.
El entrenador del Numancia, Iñaki Bea, ha comparecido esta mañana en rueda de prensa para zanjar el clima de enfado que se ha generado en la ciudad desde sus declaraciones del domingo, afirmando “que la afición no estaba con el equipo”. En ese sentido, el de Amurrio, antes de responder las cuestiones de los periodistas, ha entonado el “mea culpa” en un discurso que se ha alargado unos 10 minutos.
En él, el técnico rojillo ha “pedido perdón por unas declaraciones desafortunadas ante las que solo puedo hacer autocrítica”. En ese sentido, este ha expresado que “evidentemente” los seguidores están con el equipo: “Tenemos una de las aficiones más fieles de Primera RFEF. Siempre nos han apoyado en casa y fuera. Por todo ello, me equivoqué, muchas veces me pasa factura en rueda de prensa el ser un entrenador pasional y transparente. He estado dos días sin dormir porque no me comporté como una persona, fui un forofo”.
Al mismo tiempo, también ha recalcado que “yo y mi familia estamos muy felices en este enclave privilegiado y en un equipo del que nos hicimos todos con sus hazañas en el 90 en la Copa del Rey”.
De la misma manera, Iñaki Bea también ha reconocido que los pitos del otro día le afectaron, pero “tengo que aceptarlo y seguir aprendiendo, aunque no sea fácil de digerir”. “No dejo de ser un nombre en la larga historia de este club y aquí los únicos imprescindibles son la afición. Tenemos que dejar de ver nombres, si no les gusto respetaré lo que hagan una vez concluya el encuentro, pero durante los 90 minutos les pido que nos apoyen. Igual metemos un gol en el 90 y nos metemos en la lucha por el play off”, ha manifestado el técnico.
En esa dirección, el entrenador numantino ha señalado que no tiene problemas de cenar con las peñas para explicarle las decisiones que toma. A ese respecto, este ha querido analizar el cambio de sistema que generó controversia en el graderío de Los Pajaritos, pasando a jugar con cinco atrás: “Nos cuestan los metros finales y hay un momento que por bajón físico empezamos a sufrir. Aprendí del día de la Real B y quería darle pausa para volver atacar. Por eso también pedía tranquilidad a Gaizka para que los nuestros no se rompieran y volviéramos a generar”.
En cuanto esos gestos de calma que pedía desde el banquillo en el 90, el vasco ha indicado que “al ver mucho fútbol, el día anterior presencié que el portero del Real Unión de Irún saco muy rápido en los últimos minutos sin tener a sus compañeros colocados, provocando que el Barcelona B metiera un gol”.
Con todo ello, Iñaki Bea ha deseado “tener comunión con la afición, en un último esfuerzo para ver hasta donde podemos llegar todos juntos, comenzando una nueva etapa y viendo una versión 2.0 mía”. A través de ese discurso y pidiendo zanjar el tema, ha destacado que es la hora de “dar un paso al frente, intentar volver a ilusionarnos con el ascenso y en junio ya darán las notas y se decidirá si sigo o no”. Por último, el de Amurrio ha pedido perdón, una vez más, por, a pesar de “ser optimista de puertas para dentro, no vender ilusión” de cara a la afición, “mostrando un vaso medio vacío”.