Cuatro platos que se han realizado durante "toda la vida" en la provincia con productos fáciles de encontrar y con los que disfrutar en la mesa durante estos días.
¿Qué son unas buenas fiestas sin darse un buen homenaje en la mesa? Disfrutar de las vacaciones, con la familia, los amigos y con platos típicos que se han disfrutado “toda la vida” durante estas fechas.
A continuación os dejamos un menú soriano de Semana Santa para deleitar los paladares más exigentes con productos sencillos, y casi todos, procedentes, de la tierra, por lo que se pueden encontrar en la provincia fácilmente.
Comenzaremos con el Ataitón, Artaguitón o Matambre. Se trata de un guiso que tiene diferentes nombres según nos encontremos en Magaña, Yanguas o Valderrodilla. Es una comida contundente hecha con ingredientes básicos, que se preparaba durante la postguerra. Para elaborarlo tan solo se necesita pan desmigado, leche, cebolla, sal, ajo, laurel y aceite. Se hace una mezcla con todos los productos hasta que quede una masa espesa. Posteriormente le daremos forma de albóndiga o tortilla, según más nos guste para su presentación. Calentaremos el aceite y lo llevaremos a la freidora. Cocinamos hasta que queden doraditos y ¡listo!. Tendríamos ante nosotros uno de los platos más sorianos de la provincia.
Para continuar, prepararemos un figón. Es un nombre que proviene del municipio de Berlanga de Duero. Se trata nuevamente de un guiso de bacalao que se cocina durante las ferias de ganado. Para su elaboración será necesario un buen pedazo de este pescado, en torno a un kilo, cuatro hojas de laurel, guindillas para darle un toque picante, harina, aceite y pimentón.
Es muy importante desalar bien el bacalao, y guardar un poco del agua del último lavado, pues es la que utilizaremos para cocer en pescado junto con el laurel y la guindilla.
Cuando vemos que ya está casi en su punto de cocción, ponemos una sartén a fuego medio con aceite, la harina y la cucharada de pimentón. Removemos constantemente sin que se nos queme. Una vez esté listo el sofrito, se le añadirá al bacalao y se dejará que hierva unos minutos más hasta que espese la salsa. ¡Ya solo nos quedaría disfrutarlo en la mesa!
Otro de los platos principales por los que podemos optar estas fechas es el cordero asado. Es un plato tradicional castellano-leonés que hace los gustos de cualquier estómago. Hay muchas formas de prepararlo, pero aquí va una sencilla. Cogemos nuestra carne y la salamos. Luego la untaremos en manteca para después colocarlo en un plato de barro. Le echaremos a nuestro cordero, un vaso abundante de agua. Lo meteremos al horno a 200ºC durante hora y media. Una vez esté dorada la piel se le da la vuelta. Para evitar que se seque, le volvemos a echar agua, pero ahora la mezclaremos con limón y ajo machado, lo cual dará más gusto a nuestro asado.
No podemos terminar el menú sin un buen postre. Lo tradicional es preparar unas torrijas, sin embargo, en esta ocasión vamos a optar por un plato similar, la leche frita. Un dulce muy sencillo de realizar pero, de lo más delicioso.
Para elaborarla, necesitaremos 750ml de leche. Reservaremos un vaso y el resto lo colocaremos en una cazuela para calentarla junto a la corteza de un limón y una rama de canela. Cocemos y retiramos antes de que vaya a ebullición. Colaremos la leche infusionada y la reservaremos.
En otro cuenco, colocaremos 120 gramos de azúcar, harina y el vaso de leche que hemos guardado anteriormente. Batimos bien con unas varillas y vamos incorporando poco a poco la leche caliente. Una vez integrado volvemos a cocer a fuego bajo hasta que espese. Posteriormente lo colocamos en una bandeja para dejarla enfriar y que espese. Cortaremos nuestro postre en cuadros y lo pasaremos por harina y huevo batido para freirla en aceite bien caliente. Para finalizar decoraremos con azúcar y canela en polvo. ¡Y a disfrutar!